Santander se ha interesado por una filial de RBS
Santander se ha interesado por una filial de RBS - EPA

La caída de la libra impulsa las adquisiciones de empresas británicas

Las firmas extranjeras aprovechan el entorno monetario y el menor precio de las acciones

Madrid Actualizado: Guardar
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Con su franqueza y contundencia habitual -hoy ya consabida, tras su incandescente salto a la política norteamericana- el empresario Donald Trump reconoció en junio de 2012 en una entrevista al programa de la emisora estadounidense CNCB, en el punto álgido de la crisis crediticia europea, su interés por inversiones en el Viejo Continente y, en concreto, de España. «España es un lugar asombroso. Es un gran país que tiene fiebre, y es el momento de aprovecharse de ello». Empresas, activos e inmuebles a precio de saldo. Europa representaba una «gran oportunidad» para los capitales internacionales: se podía conseguir «todo a cambio de nada».

Lo que expresó de manera tan cristalina Trump constituye una de las tendencias comunes en los movimientos de capitales internacionales cuando un país ve depreciada su divisa o, sencillamente, atraviesa una crisis.

Sus activos, tras el retroceso de los precios, resultan más atractivos para los inversores extranjeros, algo que en las últimas semanas se ha dejado notar en Reino Unido tras el éxito del Brexit. El abaratamiento de la libra -que tras el referéndum se precipitó hasta su peor cambio con el dólar en los últimos 30 años para después estabilizarse ligeramente por encima de esos mínimos- y la caída de los valores en el parqué londinense han ejercido de efecto tractor sobre las últimas operaciones corporativas en las islas.

Ayer mismo se conoció el interés de Banco Santander por asumir el negocio de oficinas y minorista de Williams & Glyn, del que la nacionalizada Royal Bank of Scotland debe desprenderse antes de final de 2017. La entidad presidida por Ana Botín ni confirmó ni desmintió, pero los rotativos británicos dan por hecho que ha presentado una oferta formal, si bien se desconoce el dato de la valoración de dichos activos, informa Luis Ventoso.

No obstante, sería un movimiento coherente con las operaciones en este país registradas en las últimas semanas. Una de ellas se produjo el pasado lunes, cuando Qatar Airways amplió su participación en el capital social de IAG (el «holding» que integra a Iberia, Vueling, British Airways y Aer Lingus) hasta el 20,1%. La aerolínea de bandera qatarí ya había recalcado en el pasado su intención de ampliar su presencia en la compañía hispano-británica, pero, como reconoció su propio consejero delegado, fue precisamente su menor importe lo que acabó por acelerar la adquisición de los títulos. En un comunicado a la Bolsa de Londres, Akbar Al Baker enfatizó que «la reciente valoración del mercado» de IAG «ofrece una atractiva oportunidad» para hacerse con sus títulos.

Oportunidad única

Las empresas que han decidido dar un paso adelante priman las perspectivas a largo plazo frente a la incertidumbre inmediata -encaje de Reino Unido en Europa, marco normativo y el impacto sobre la actividad económica- que supone la salida de la UE. La estadounidense AMC, controlada por la china Wanda, se hizo el pasado mes de julio con el operador de salas de cine brtiánico UCI Odeon (propietario de Cinesa) por cerca de 1.100 millones de euros. Según «Financial Times», el acuerdo fue producto de tres años de negociaciones que no fructificaron hasta el nuevo escenario post-Brexit. El máximo responsable ejecutivo de la firma estadounidense, Adam Aron, subrayó el importante papel que jugó la depreciación de la libra.

«Aunque reconocemos que hay algunas incertidumbres relacionadas con el Brexit, nos impulsa el hecho de que las tasas de cambio actuales son altamente favorables para AMC con la libra a niveles mínimos de tres décadas frente al dólar», explicó Aron, para después hacer hincapié en lo positivo del contexto actual de precios.

Efecto anticipación

Pesa a que los dos casos anteriores el descenso de la libra y el abaratamiento de los activos se convirtieron en factores clave para que se cerraran estas operaciones, la japonesa Softbank trató de aislar su decisión de compra del diseñador de microchips ARM -al menos, en sus declaraciones públicas- de esos hipotéticos beneficios colaterales. En total, desembolsó 24.300 millones de libras esterlinas (29.020 millones de euros al cambio actual). El CEO de la nipona, Masayoshi Son, indicó que cualquier posible abaratamiento por la caída de la divisa se vio disipado por el aumento del importe de las acciones en los días previos. Queda por ver, sin embargo, qué habría ocurrido si el encarecimiento de los títulos no hubiera sido contrarrestado por el entorno monetario. Por su parte, SABMiller aceptó los términos de la oferta presentada por la belga AB InBev.

«Muchas empresas piensan que tras haber caído mucho la libra pueden llegar a verse beneficiadas ante un rebote en los próximos días», explica Manuel Pinto, analista de XTB, quien destaca que la reunión del Banco de Inglaterra podría desencadenar un nuevo retroceso del tipo de cambio de la divisa británica y, por tanto, una interrupción momentánea de este tipo de inversiones en el Reino Unido. «Si al final vemos compra de activos importantes y recortes de tipos de interés la libra puede ir más abajo. Muchas compañías pueden verse perjudicadas».

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