El Bundesbank recuerda que «el BCE no está ahí para cuidar la solvencia de los Estados»

Alemania critica la posición de Lagarde y teme que los gobiernos se confíen por el dinero barato

La presidenta del BCE, Christine Lagarde Reuters

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Las tasas de inflación están aumentando. En la zona euro, alcanzó el 2,2% en julio, el nivel más alto desde 2018. En Alemania saltó al 3,8% y en Estados Unidos llegó incluso al 5,4% en junio. A pesar de esta evidencia, el Banco Central Europeo se sigue aferrando a su política monetaria laxa, en medio de un creciente número de análisis que advierten que la fase de bajas tasas de inflación que se prolongaba desde hace más de una década está llegando a su fin. La Reserva Federal estadounidense ya ha comenzado a dar señales y las bolsas han respondido con pronunciadas caídas. ¿Es la hora de que Christine Lagarde rectifique y adelante esa subida de tipos que había postergado al menos para dentro de cinco años?

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann , piensa que sí. «El BCE no está ahí para cuidar la solvencia de los estados», ha dicho en una reciente entrevista. Es uno de los pocos críticos internos con la política del BCE y considera que los países del euro más endeudados, como es el caso de España, ya no pueden confiar en la política de dinero barato. Weidmann es partidario de trazar desde ya mismo una línea temporal para limitar los controvertidos programas de emergencia del BCE. «El Consejo de Gobierno también ha dicho que el rumbo se endurecerá si las perspectivas de precios para la zona euro se sitúan claramente por encima del dos por ciento en el futuro», recuerda el presidente del Bundesbank, con la esperanza de que Lagarde reconsidere sus posiciones.

Según el portal de comparación alemán Verivox , el reciente aumento de la inflación ha dado lugar a una «excepción histórica»: la tasa de interés promedio de todos los préstamos a plazos contratados a través de este portal durante el pasado mes de julio estuvo muy por debajo de la tasa de inflación real, que es la tasa de interés nominal, la pactada con el banco, después de restarle la tasa de inflación. Según la evaluación de Verivox, la tasa de interés promedio para préstamos a plazos en julio fue de 2,99%. Con una tasa de inflación en Alemania del 3,8% el mes pasado, la tasa de interés real queda en -0,8%.

En otras palabras, cuando se tiene en cuenta la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación, los prestatarios tienen que reembolsar menos dinero del que recibieron. Se trata de una situación paradójica en la que se gana dinero endeudándose.

¿Tendencia sostenible?

Oliver Maier, director general de Verivox Finanzvergleich , espera que julio no haya sido el último mes con tipos de interés reales negativos. «Porque las tasas de interés para los préstamos a plazos se mantendrán muy bajas y en el transcurso de los próximos meses la tendencia al alza de las tasas de inflación podría incluso intensificarse». «La pregunta es si estamos hablando de una tendencia sostenible o solo de una instantánea», trata de aquilatar el profesor Dr. Benjamin Born, catedrático de Macroeconomía de la Frankfurt School, que añade a modo de indicio que la inflación se traslada ya paulatinamente a la vivienda y los salarios. En cualquier caso, un punto relativamente indiscutible entre los economistas es que los banqueros centrales tienen miedo de reaccionar demasiado pronto y sofocar repentinamente la economía en recuperación.

El profesor Dr. Adalbert Winkler , profesor de Finanzas Internacionales y de Desarrollo de la Frankfurt School , llama además la atención sobre las limitaciones de los efectos de la política monetaria del BCE, debido a que la menor concesión de crédito desde la anterior crisis limita las vías de transmisión monetaria, y a que la globalización crea una oferta más elástica de bienes, servicios y mano de obra, que excede los límites territoriales de la zona euro.

Avanza que no se puede descartar que el modelo de globalización de los últimos treinta años sea cuestionado y reducido fundamentalmente. «Si este es el caso, los desafíos de la política monetaria también aumentarán significativamente para los bancos centrales independientes, en comparación con los años sesenta y setenta, que tendrán que garantizar la estabilidad de precios en un entorno económico real mucho más hostil».

El BCE insiste en que se trata de un fenómeno temporal. Después de la reunión del Consejo de julio, Lagarde afirmó que la tasa de inflación estaba «temporalmente moderadamente por encima del valor objetivo» del 2%. Pero si se comparan los precios al consumidor de hoy con los del pasado, son significativamente más altos debido a las reducciones del IVA aplicadas durante los peores meses de la pandemia, un efecto que expirará a finales de 2021. Los cuellos de botella de producción debido a cadenas de suministro interrumpidas también están provocando mayor aumento de los precios.

«La gran cuestión es qué papel juega el aumento de la demanda en el aumento de las tasas de inflación», delibera el profesor Winkler, que sospecha que podría ser mucho menos efímero y se arriesga a concluir, de cara a los consumidores, que la sostenibilidad de las tasas de inflación en aumento debe al menos estar provista de algunos signos de interrogación, algo que hay que tener en cuenta a la hora de elegir los préstamos y sus plazos. Porque si la tasa de inflación cae durante el plazo del préstamo, la tasa de interés real debería volver rápidamente a territorio positivo. Creciendo especialmente con préstamos a plazos más largos.

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