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Tienda de o2 - REUTERS

Bruselas prohíbe la venta de O2, filial británica de Telefónica, a Hutchison

La Comisión Europea considera que la operación hubiera dejado en dos los operadores de redes móviles en el Reino Unido

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La Comisión Europea (CE) ha prohibido la venta de la filial británica de Telefónica, O2, a Hutchison, porque considera que la operación hubiera dejado en dos los operadores de redes móviles en el Reino Unido y que las contrapartidas ofrecidas para remediar sus preocupaciones no eran "suficientes".

La CE ha bloqueado la operación, valorada en 10.250 millones de libras (unos 13.000 millones de euros) porque le preocupaba "seriamente que los clientes de telefonía móvil del Reino Unido tuvieran menos posibilidades de elección y pagaran precios más altos", y que la transacción "perjudicara a la innovación en el sector de las comunicaciones móviles", ha informado.

La operación habría combinado O2 de Telefónica y Three de Hutchison 3G y conjuntamente habrían sido líderes en el mercado con una cuota superior al 40%, indica la CE.

La adquisición habría dejado solo dos operadores de redes móviles, Vodafone y Everything Everywhere (EE) de BT, para hacer frente a la entidad fusionada.

El análisis de la CE puso de manifiesto que, con la adquisición, "los precios de las comunicaciones móviles minoristas habrían sido más elevados para todos los operadores del Reino Unido". Asimismo, considera que la adquisición "también habría tenido probablemente, un impacto negativo sobre la calidad del servicio para los consumidores del Reino Unido, al obstaculizar el desarrollo de la infraestructura de redes móviles".

La CE afirma en este sentido que la entidad fusionada habría formado parte de los dos acuerdos de uso compartido de red, MBNL y Beacon, y tenido una visión general completa de los planes de la red de los dos competidores restantes, Vodafone y EE.

Su papel en ambas redes habría debilitado a EE y Vodafone y obstaculizado el futuro desarrollo de la infraestructura de comunicaciones móviles en el Reino Unido, por ejemplo, con respecto al despliegue de tecnología de nueva generación (5G), en detrimento de los consumidores y empresas del Reino Unido, según la Comisión.

Por último, señala la CE, "la adquisición habría reducido el número de operadores de redes móviles dispuestos a albergar a otros operadores móviles en sus redes". Explica que este hecho "habría dejado a los operadores virtuales móviles existentes y potenciales en una posición de negociación más débil para obtener condiciones de acceso mayoristas favorables".

Telefónica mantiene sus objetivos

Por su parte, Telefónica ha asegurado este miércoles que mantiene sus objetivos financieros, de endeudamiento y su política de dividendos después de que la CE haya vetado la venta de su filial británica O2. En un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Telefónica ha reiterado sus compromisos minutos después del anuncio de la CE.

En las últimas semanas, la compañía ha venido reiterando que cuenta con un "plan B" si no seguía la operación, enmarcada en el plan de Telefónica para reducir la elevada deuda acumulada durante sus años de expansión internacional, que supera ya los 50.200 millones de euros.

En la conferencia con analistas del pasado viernes, tras presentar los resultados en el primer trimestre, el propio presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, reconoció que un "no" de Bruselas no podía descartarse y advirtió de que la decisión estaba contaminada por motivos políticos.

Se refería, en concreto, al referéndum sobre la salida del Reino Unido de Europa (Brexit), previsto para el 23 de junio, y a la posición de los reguladores británicos, que se han mostrado públicamente en contra de la operación.

En la conferencia, tanto Álvarez-Pallete como el director financiero de Telefónica, Ángel Vilà, destacaron a O2 como un "activo muy atractivo" y desglosaron las alternativas con que contaba la operadora, aunque sin prisas.

Entre ellas las opciones que tienen que ver con la propia filial británica, figura una venta parcial o total de O2 a compradores diferentes, su salida a bolsa; la pérdida del control en la compañía o alguna otra solución que incluya una operación corporativa.

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