La banca insta ante De Guindos a levantar el veto a los dividendos

No hay ninguna duda de que los bancos quieren repartir dividendos en 2021. Aunque ninguno lo hará sin el beneplácito del Banco Central Europeo (BCE). Un tira y afloja entre entidades y supervisor que va tensando cada vez más la cuerda y que hoy ha tenido un nuevo capítulo en el foro del sector financiero organizado por Expansión, en colaboración con KPMG, Microsoft y American Express.

José Antonio Álvarez, Onur Genç y Gonzalo Gortázar han sido muy claros. Los consejeros delegados de Banco Santander, BBVA y Caixaban k han instado ante el vicepresidente del BCE a levantar para el próximo año el veto a remunerar a los accionistas. Quieren y pueden volver a ello, y la presión va en aumento.

Todos ellos se han pronunciado en términos muy similares. Quieren que el supervisor comunitaraio levante la recomendación-prohibición. De hecho, en los últimos meses varias entidades han ido anunciando decisiones en ese sentido, siempre que el BCE no prolongue el veto.

Álvarez ha explicado que la prohibición eleva «innecesariamente» el coste de capital de los bancos, por lo que ve recomendable que se retire. Genç, por su parte, ha puesto el foco en la diferencia de trato en función del territorio y el sector. «Creo que esta situación debería equilibrarse, pero es una decisión que corresponde al regulador. Esperamos que se levante en 2021», ha dicho. Compañías de otros sectores o la banca en Estados Unidos sí pueden remunerar al accionista, mientras que en Europa el veto es general para el sector financiero.

La consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa , también ha destacado hoy en una entrevista con ABC que la medida se ha extendido demasiado en el tiempo y que ha sido una decisión que ha lastrado «muchísimo» al sector en Bolsa. Así las cosas, se están dando caídas en el parqués estos meses incluso superiores al 50% en algunos casos.

Asimismo, tal como publicó este periódico, los bancos llevan semanas presionando al BCE para poder dar dividendos . Tanto en público como en privado, en ocasiones con la Asociación Española de Banca (AEB) como interlocutor. La cuerda está ya tensa y la opción para relajar el panorama está en manos de Lagarde y De Guindos.