Antonio Garamendi, vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme, durante su intervención esta semana en el Foro Empresarial España-Argentina.
Antonio Garamendi, vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme, durante su intervención esta semana en el Foro Empresarial España-Argentina. - EFE
NUEVO CONTEXTO POLÍTICO Y ECONÓMICO

Argentina se afana en recuperar todo lo perdido con el kirchnerismo

Una misión de CEOE visitó el país la pasada semana para conocer al nuevo Gobierno

MADRID Actualizado: Guardar
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Muchas cosas están cambiando en Argentina, y si no que le pregunten a Barack Obama, que tras su reciente visita a Cuba decidió antes de volver a Washington hacer una parada en Buenos Aires aunque para ello tuviera que dar una buena vuelta. La razón era conocer al nuevo presidente del país, Mauricio Macri, que ganó las elecciones en noviembre después de años de kichnerismo.

La visita del presidente de Estados Unidos es solo un ejemplo de cómo en pocos meses el país se está dando la vuelta como un calcetín tras los tres gobiernos consecutivos de los Kirchner (2003-2015). Y Obama no ha sido el único ya que, desde que Macri está en la Casa Rosada, el presidente de Francia, François Hollande, y el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, se han dejado también caer por la capital argentina en las últimas semanas.

Una de las medidas más importantes que visualizan este cambio es que el Congreso y el Senado del país, en los que el partido de Macri no tiene mayoría, votaron hace unos días a favor de que el Gobierno salde la deuda con los fondos buitre heredada de la crisis económica de 2001 por un importe cercano a los 12.000 millones de dólares. Un nuevo punto de partida para un país, la tercera economía de América Latina, que ahora podrá volver a financiarse en los mercados, tras la suspensión de pagos de 2001, precisamente para captar dinero y pagar la mencionada deuda así como otros proyectos para el país.

Las reformas

Macri ha enarbolado desde el primer día la bandera del liberalismo económico, que rompe la hegemonía del proteccionismo kirchnerista. En esta línea, ha puesto punto y final al control de cambio y a la limitación a las importaciones, ha devaluado el peso y ha bajado la fiscalidad para los sectores productivos, en aras de aumentar el atractivo para los inversores.

Los retos son relanzar una economía la borde la recesión y luchar contra una inflación endémica

Pero, al margen de la victoria legislativa, Macri tiene ante sí el reto de relanzar una economía al borde de la recesión y de luchar contra una inflación endémica, que supera el 20% anual desde finales de los años 2000. Cerró en valores cercanos al 35% el año pasado y solo en el primer trimestre es ya del 8%. Según las primeras estimaciones el Producto Interior Bruto (PIB) del país creció un 2,1% el año pasado, sobre todo por el tirón del sector agrícola (+6,4%), la construcción (+5%) y los servicios públicos (+3,5%).

Otra de las decisiones que ha tomado el Ejecutivo de Macri ha sido la de subir los precios regulados, que hacen que en Buenos Aires, por ejemplo, la electricidad cueste seis veces menos que en las provincias limítrofes, al igual que pasa con el agua y otros servicios básicos como el transporte.

Estas medidas, que intentan liberalizar la economía de modo que los precios se ajusten poco a poco al valor real de los servicios, se han encontrado con el claro descontento de la población, cosa que el Ejecutivo esperaba y espera que amaine el temporal a partir de junio, cuando ya estará en vigor el alza salarial anual de la que se benefician casi todos los trabajadores en el país. Por otro lado, hay que reconocer que los habitantes de Buenos Aires pagan apenas nada por los suministros básicos como agua, luz o transporte.

Encuentro «productivo»

Entre los asistentes por parte de la patronal española estuvo Antonio Garamendi, vicepresidente de CEOE y presidente de Cepyme. Garamendi ha asegurado a ABC que «el encuentro de Buenos Aires ha sido muy productivo porque el nuevo Gobierno de Argentina se ha volcado con nosotros ya que asistieron a las reuniones nada menos que cinco ministros. La realidad es que España hace unos años era el principal inversor extranjero en Argentina y, tras los acontecimientos del yacimiento de petróleo de Vaca Muerta que acabaron en la expropiación de YPF a Repsol, lógicamente la inversión se frenó».

Garamendi explica que «Argentina es un país muy importante para las grandes empresas españolas, como lo demuestra su enorme presencia allí, pero no solo para ellas ya que, además, hay 200 empresas españolas medianas que también están instaladas allí, a las que se suman las 5.000 empresas que exportan a ese país cada día».

Lo más importante desde el punto de vista de las empresas españolas es que «los inversores extranjeros recuperen la confianza en el país, y para ello es necesario adoptar un marco jurídico seguro y predecible, y eliminar las barreras innecesarias para el comercio y la inversión. La apertura de la economía hacia el exterior facilitaría la atracción de capital, la innovación y el conocimiento necesarios para diversificar nuestras economías». Para Garamendi «lo que está ocurriendo en Argentina es un cambio radical que podría extenderse al resto del continente, en el sentido de avanzar hacia una mayor flexibilidad y competitividad».

El segundo mayor inversor

España tiene un stock de inversión superior a los 7.842 millones de euros, el segundo mayor inversor extranjero en el país, con una significativa presencia en los sectores relacionados con la telecomunicaciones, la banca, los seguros y la energía. Aunque el volumen de las inversiones españolas es muy importante, éstas han descendido en los últimos años, por lo que es necesario recuperar el nivel alcanzado en 2007, con una inversión de las empresas españolas superior a los 10.271 millones de euros.

Los expertos aseguran que en Argentina habrá oportunidades para el sector de las infraestructuras de transporte y de energía

Todos los analistas consultados aseguran que sobre todo en Argentina habrá oportunidades para el sector de las infraestructuras de transporte y de energía, ambos muy debilitados por la falta de inversiones durante décadas. El Gobierno de Macri trabaja en un plan denominado «Belgrano», un programa de desarrollo social, productivo y de infraestructura orientado al crecimiento y la igualdad de condiciones y oportunidades para diez provincias del norte argentino. La propuesta pretende beneficiar a las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero.

Se proyecta una inversión en infraestructuras de 16.000 millones de dólares en 10 años, solución habitacional para 250.000 familias, atención inmediata a los afectados por la pobreza extrema y subsidios para las economías regionales e incentivos laborales, entre otros proyectos.

Además podría haber oportunidades de inversión en el ámbito de las privatizaciones ya que, por ejemplo, todas las infraestructuras aeroporturarias están en manos de un monopolio estatal.

«El reto es que los argentinos inviertan en su país»

Una de las cosas que más llama la atención en Argentina es que la mayoría de los ciudadanos tienen su dinero fuera, lo que parece un poco contradictorio cuando el país está en una situación de necesidad de capital y de inversión extranjera. Antonio Garamendi, vicepresidente de la CEOE y presidente de Cepyme, asegura que «los ciudadanos argentinos tienen que ser los primeros en recuperar la confianza en su país, y lo tienen que demostrar repatriando los fondos que tienen en el exterior, ya que es muy curioso que el país esté pidiendo inversiones extranjeras y, al mismo tiempo, los propios argentinos se lleven su dinero fuera del país. En España siempre ha ocurrido lo contrario y no hay más que recordar los procesos de privatizaciones, en los que los españoles se lanzaron a comprar acciones de los antiguos monopolios estatales».

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