Las apuestas deportivas ganan por goleada

Las posibilidades tecnológicas y los avances normativos revolucionan el sector

María José Pérez-Barco

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España es un país de juego y de jugadores. Desde la típica partida de mus entre amigos hasta las máquinas tragaperras, el bingo, los casinos, las loterías, o los salones de juego tienen un gran arraigo en nuestro país. Ahora, además, se juega en todo y a todas horas gracias a internet. Y en el juego online, que crece cada año a un ritmo de dos dígitos, las apuestas deportivas son las reinas. Cada día ganan más peso, como corroboran los datos de la Dirección General de Ordenación del Juego. En 2016, se jugaron 5.072 millones de euros en apuestas deportivas, un 18% más que el año anterior (4.173 millones). Y solo en lo que va de 2017, hasta septiembre, ya son 4.088 millones los jugados, casi un 7% más que el año anterior.

Se apuesta a todo tipo de deporte (hasta a los bolos y al críquet) y en todo tipo de categoría ( hasta en una liguilla de voleibol griega o en la liga de fútbol malaya ). «Pero esos son mercados marginales», cuenta Mikel López de Torre, vicepresidente de Jdigital, la Asociación Española de Juego Digital. «El crecimiento de las apuestas online está en los mercados principales, en el fútbol, el tenis y el baloncesto. Y en las grandes competiciones: Champion League, la NBA...», dice.

Existen 52 casas de apuestas con licencia para operar en este negocio

«Las apuestas deportivas en España tienen mucho camino por recorrer, estamos viendo crecimientos de doble dígito, como corresponde a un sector joven. Las digitales representan ahora mismo un 46% de los ingresos que generan las apuestas en España», asegura López de Torre. El fenómeno no es casual. La regulación del juego presencial (Andalucía yBaleares han sido las últimas comunidades autónomas en hacerlo este año) y online (desde 2012) ha venido a poner orden en el sector ofreciendo mayor seguridad jurídica y transparencia.

Sin embargo, lo que puede parecer un nicho de mercado atractivo y potente para abrirse camino con una empresa propia no está exento de obstáculos, cuentan desde el sector. Existen 52 operadores con licencia para dedicarse a este negocio. «No obstante, no todos ganan dinero. La mayoría lo pierde, porque el 95% de la facturación se devuelve en premios, frente a la Quiniela que devuelve entre el 40 y 50%. La iniciativa privada dinamiza un sector que antes se basaba en la Quiniela, que ha quedado muy arcaica y poco competitiva», explica Xabier Rodríguez-Maribona, director general del Grupo RETAbet, uno de los operadores de apuestas deportivas online fundado en 2002. «Nosotros empezamos a obtener beneficios ocho años después de empezar. Hoy generamos un Ebitda de 15 millones de euros y entre 6 u 7 millones de beneficio anual», continúa.

No solo los premios reducen el margen de beneficio. Mikel López enumera otras variables: «El juego está sujeto a dos tasas especiales: el impuesto sobre actividades de juego (el 25% de los ingresos brutos) y la tasa de gestión administrativa del juego (0,075% del volumen total). Más los gastos de publicidad, los costes operativos de cada empresa y el Impuesto de Sociedades». La fuerte competencia de grandes casas de apuestas internacionales, que se han introducido en el mercado español, también lastra a los pequeños operadores que quieren buscar su hueco. «España representa para estas empresas mundiales el 1% de su mercado», asegura Rodríguez-Maribona.

Aún así las previsiones estiman que las apuestas deportivas seguirán al alza, favorecidas también por «el boom del móvil, los cambios de consumo en favor del e-commerce y la fuerte inversión publicitaria de las casas de apuestas», señalan fuentes de Sportium. Muchas de ellas son visibles en eventos deportivos de grandes competiciones. «Las casas de apuestas simplemente han evolucionado hacia un producto mucho más atractivo que pone en valor los conocimientos y habilidades de los usuarios», dicen desde este operador.

Conviven físico y online

También está claro que convivirán en armonía tanto las apuestas deportivas presenciales como online. «Son canales complementarios. Hay un público que combina el uso de ambos canales. Y ambos tienen margen de crecimiento», aseguran en Sportium.

Lo que sí distingue a nuestro país de otros tradicionalmente apostadores es el cómo ha madurado el sector. «En España ya existían un consumo de apuestas deportivas online antes de su regulación —explica López de la Torre—. Lo que ha ocurrido es que se ha producido una migración de clientes de las apuestas online que acuden a locales físicos, que son la novedad».

En las plataformas online se apuesta por todo tipo de detalles: no solo por quién gana; también por cuántos goles se habrán producido, por ejemplo, hasta el minuto 38 de la primera parte de un partido de fútbol, cuántos corners, fuera de juego, penaltis... Muchas son apuestas en directo, es decir en tiempo real, una nueva modalidad que permite internet y que crece cada año. «Es una novedad», apuntaRodríguez-Maribona. En 2017 (hasta septiembre) las apuestas en directo movieron 2.770 millones de euros; 2.630 millones en el mismo periodo del año anterior y 2.191 en 2015. Con esas cifras no es de extrañar que existan hasta apostadores profesionales y expertos que venden sus pronósticos y consejos («tipsters»). En un negocio en crecimiento se brindan muchas oportunidades para encontrar un hueco en el mercado.

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