El «aprobado» a España y otras notas que Moody's pone a los países europeos

Como agencia de «rating», Moody's se dedica a calificar el riesgo de la deuda de países y empresas. Es decir, evalúa la capacidad que va a tener dicha entidad, ya sea pública o privada, en devolver los préstamos a sus acreedores. Su nota condiciona la decisión de los inversores, que decidirán si invierte o no en dicha entidad.

Ayer, la agencia mantuvo la nota de España en Baa2, lo que significa que existe un «riesgo moderado» de que nuestro país devuelva sus préstamos. Equivaldría a un aprobado. Lo que sí modificó Moody's es la perspectiva de España. Debido a la incertidumbre política, la entidad rebajó las previsiones de futuro de nuestro país de positiva a estable. Ya no existe la certeza de que España mejorará su nota en el futuro, un hecho que atraería más inversión.

De hecho, Moody's avisó ayer de que revertir las reformas llevadas a cabo en los últimos años provocaría una presión a la baja para la deuda soberana, lo pondría en riesgo el aprobado español.

Las notas de la agencia varían desde el Aaa (riesgo mínimo de impago de la deuda) hasta el B1 (riesgo muy alto). En el primer grupo se encuentran países como Estados Unidos o Japón, a los que Moody's otorga total confianza de que afrontarán el pago.

Tras ellos, existe un grupo formado por Finlandia, Alemania o Francia a los que Moody's otorga un riesgo «muy bajo». Son los Estados que cuentan con una Aa1. Un escalón por debajo se encuentran Estonia o Eslovaquia, con un riesgo «bajo» de impago.

Ya en la Baa se sitúan España o Italia. En este escalón el riesgo pasa a ser moderado, pero justo un puesto por debajo, Moody's cambia directamente la consideración del bono.

Este pasa de ser de «inversión» a «especulativo». Del aprobado al suspenso. Es una brecha que separa a los anteriores países de otros como Irlanda, Eslovenia, Portugal, Grecia o Chipre. Se utilizan la Ba, la B o la Caa para representar este tipo de deuda. Es lo que comumente se conoce como «bono basura».