EFE

La amenaza del «Brexit duro» despierta los temores de las empresas españolas

Alrededor de la mitad de las compañías de nuestro país tiene relación con Reino Unido, sobre todo de automoción e industria

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea, que podría empezar a materializarse el próximo mes de marzo, no va a dejar indiferente a nadie, tanto en el mundo de la política como en el de la economía. Por si había alguna duda, la declaración realizada el mes pasado por la primera ministra británica, Theresa May, anunciando un «Brexit duro» ha hecho sonar aún más las alarmas.

Uno de los últimos en salir a la palestra ha sido el fabricante de coches norteamericano General Motors, que ya ha advertido que el Brexit le va a provocar una merma de beneficio este año de alrededor de 300 millones de dólares. Y si esto ocurre en uno de los gigantes de la automoción mundial, uno puede empezar a hacerse una idea del impacto que tendrá en nuestras empresas, muchas de ellas muy conectadas con Reino Unido.

Una reciente encuesta realizada por KPMG en colaboración con la CEOE pone en negro sobre blanco el impacto del Brexit en las empresas españolas, hasta ahora un mercado estratégico para ellas. Nada menos que el 45% de las compañías encuestadas declara tener algún tipo de relación comercial o económica con Reino Unido, sobre todo en los sectores de automoción (65%), industria y química (64%) y turismo y ocio (63%).

En el caso de las firmas españolas Santander y FCChan sido las primeras en notar el impacto del Brexit. En el caso del primero ha sido el tipo de cambio de la libra, que ha reducido un 15% su beneficio, mientras que en FCC las pérdidas se han triplicado por varios factores, entre los que destaca también la caída de la libra en su área de servicios mediambientales en Reino Unido, segundo mercado por ingresos del grupo tras España.

A lo que le tienen más miedo las empresas españolas es a la depreciación de la libra, y no es para menos, ya que las que tienen negocios allí verán directamente reflejada esta bajada en su cuenta de resultados en forma de menores ingresos por las ventas o negocios. No hay que perder de vista que la libra se ha depreciado desde junio del año pasado alrededor de un 10% respecto al euro, lo que da idea que el temor al efecto divisa está plenamente justificado.

Otro de los nubarrones que tienen estas empresas en el horizonte es la contracción económica que sufrirá Reino Unido fruto de la disminución de su actividad comercial ya que, si el acuerdo final de salida del club europeo no lo remedia, los productos procentes de ese país que se vendan en Europa tendrán que pagar tasas de aduana, con lo que se encarecerán y se venderán menos.

Así, el 65% de las empresas españolas tiene intención de elaborar un plan de contingencia para hacer frente a las consecuencias del Brexit, de las que el 22% lo ha hecho ya.

El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, ha pronosticado un crecimiento de la economía británica de un 1,5% para este año, frente al 2,2% que tenía previsto antes del referéndum de junio del año pasado.

Además, según la mencionada encuesta de KPMG y la patronal española realizada entre cerca de 3.000 empresarios y directivos españoles, éstos tienen muchos reparos también a los potenciales cambios regulatorios, en concreto el 41%, que podría implicar el nuevo escenario macroeconómico y comercial resultante de las negociaciones que aún están por comenzar entre Londres y Bruselas.

Opciones en España

Sin embargo no todo son malas noticias. El 19% de las empresas españolas encuestadas señala sin tapujos que la desconexión de Reino Unido de Europa también les puede abrir oportunidades. Los más optimistas son los sectores de servicios profesionales, financiero, tecnologías, telecomunicaciones e infraestructuras.

En el extremo opuesto está el sector de la automoción, en el que solo el 7% de los directivos ve oportunidades en el proceso de desvinculación comunitaria de Reino Unido.

Sean del sector que sean, lo que está claro es que la mayoría de las empresas va a hacer un plan de contingencia para hacer frente a las consecuencias del Brexit, en concreto el 65%.

España, tercer país europeo mejor situado para atraer el capital que abandone Reino Unido, solo superado por Alemania y Holanda

Volviendo al terreno de las oportunidades, otro reciente estudio, en este caso de EY, destaca que España es el tercer país europeo mejor situado para atraer el capital que abandone Reino Unido tras el Brexit, solo superado por Alemania y Holanda, según los datos también de una encuesta («European attractiveness survey: Plan B...for Brexit») pero en esta ocasión realizada a empresarios británicos. España aparece empatada en el resultado con Francia e Italia.

En el actual escenario Madrid y Barcelona también están bien colocadas para captar la atención de los inversores extranjeros. En concreto, la capital de España figura en la quinta posición como ciudad más atractiva para la inversión extranjera, con el 11% de los votos, y la Ciudad Condal es la décima. Londres se mantiene como la primera, con el 54% pese al Brexit, seguida de París, con el 48%, Francfort, con el 21% y Berlin, con el 21%.

Apetitio inversor

Llorenç López, socio de Desarrollo de Negocio de EY, cree que «el apetitito por invertir en Europa permanece fuerte, pese a acontecimientos políticos recientes como el referéndum en Reino Unido y a las numerosas citas electorales que se avecinan en el continente europeo. Muchas de las empresas consideran que las nuevas tecnologías y los cambios geopolíticos y demográficos ofrecen oportunidades y, en este sentido, España está trabajando cada vez más para consolidarse como un buen destino de inversión».

Los sectores más sensibles al brexit son los servicios financieros, la alta tecnología y las medianas empresas

El estudio de EY concluye que el 71% de los ejecutivos consultados afirman que ya están sufriendo el impacto del Brexit en al menos una de sus áreas de negocios. Entre los segmentos más afectados por la actual situación destacan la caída de los márgenes operativos, el coste de las compras y el volumen de ventas. Así, los sectores económicos más sensibles a la salida de Reino Unido de Europa son los servicios financieros, la alta tecnología y las empresas de mediano tamaño (entre 150 y 1.500 millones de euros de facturación).

Las desinversiones podrían comenzar en de marzo

La activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, el que regula la salida de un país miembro de la Unión Europea, dará con toda probabilidad el pistoletazo de salida a las desinversiones de capital en Reino Unido y, al mismo tiempo, reconducirá fondos extranjeros de ese país hacia otro europeo en busca del suculento negocio que supone para las empresas el mercado único europeo. León Cornelissen, economista jefe de la gestora holandesa de fondos Robeco, aseguraba esta semana en Madrid que «el Brexit terminará por dañar la economía británica este año, especialmente porque para la balanza comercial del Reino Unido es más importante Europa que en el sentido inverso».

Robeco es optimista en relación a la situación de la economía española ya que, «además de la posible deslocalización de capital y empresas de Reino Unido, hay que tener en cuenta los riesgos que suponen ahora mismo para la inversión países como Francia o Italia, «lo que podría hacer que el PIB español creciera más de lo inicialmente previsto por el Gobierno, ligeramente por encima del 2%». En este contexto, explicó, «los inversores están eligiendo el bono español frente al galo y al italiano debido a lo devastador que podría ser para los mercados que Marine Le Pen llegue a la presidencia francesa y cumpla sus amenazas con la salida del país de la zona euro, el ya bautizado como Frexit». La líder ultraderechista tendría un 25 % de opciones de ganar, según Cornelissen, «un porcentaje de riesgo alto para los inversores, que han aprendido la lección de la inesperada elección de Donald Trump en EE.UU. o del Brexit». A estas tensiones, que influyen en la subida del interés del bono galo, se suma la preocupación por Grecia, donde el Gobierno negocia el tercer rescate.

Ver los comentarios