Vela aventura

Vientos superiores a los 47 nudos dañan el «Arctic Solar by Icade»

La cordura obliga a Anne Quéméré abandonar la travesía del paso del noroeste Ártico, justo antes de afrontar la ruta más complicada por el golfo de la Coronación

Dury Alonso

¡Nunca te rindas en tus sueños! Es la máxima que alimenta mentalmente a Anne Quéméré, esencia a través de la cual adquiere la energía necesaria para superar la adversidad en sus aventuras extremas. Y que estos días ha necesitado para afrontar las consecuencias de toparse en la ártica canadiense, donde no hay absolutamente refugio seguro en su litoral para parapetarse de las fuertes tormentas en estos «territorios del noroeste».

Tras navegar 300 millas con su embarcación Arctic Solar by Icade dirección este por el litoral canadiense (el total de su ruta entre Tuktoyaktuk y Pond Inlet es de 1.400 millas náuticas), cerca de Clinton Point Airport sufrió las consecuencias de un fuerte temporal con vientos del noroeste de 47 nudos de intensidad. Sabía que tendría condiciones difíciles, de hecho, había amarrado firmemente su embarcación, pero no lo suficiente como para que evitar que sufriese serios destrozos en los paneles solares: «Mi pequeño bote, que durante un mes se porto como un verdadero campeón, aguantando fuertes pantocazos en las últimas 24 horas, fue arrojado como una muñeca de trapo sobre los guijarros de una playa. Todavía estaba de una sola pieza, pero no en condiciones suficientes para continuar la travesía por el paso del noroeste»; comentaría Anne Quéméré.

De forma abrupta finaliza la aventura de Anne Quéméré con el Arctic Solar by Icade, una embarcación con motor eléctrico y energía solar con la que pretendía realizar el paso del noroeste: «El viaje termina aquí este año… no tiene sentido andarse por las ramas e imaginar algún tipo de segundo plan porque no lo hay. Salí indemne, pero todavía no puedo superar la increíble suerte que tuve cuando me encontré con un pequeño grupo de científicos que ha impedido que la expedición terminase en una tragedia. Eliane, Darrin, Adam y James, no sé qué milagro hizo que me los encontrase el pasado 31 de julio… Nuestro encuentro no pudo haber sido imaginado, su inmensa generosidad y, sobre todo, su solidaridad me permitió superar el final bastante violento e inesperado de esta historia. Me hubiera gustado mucho continuar este viaje experimental para poder describirles esta región ártica de la que tenemos mucho que aprender».

Anne Quéméré pretende empezar a preparar una nueva expedición con el Arctic Solar by Icade en 2019. Y es seguro que la experiencia vivida en los últimos meses le servirá para mejorar la seguridad de su bote.

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