Reportaje Clásicos

Germán Frers construye un velero clásico a partir de unos planos de 1944 heredados de su padre

El «Recluta», resucitó 80 años después de proyectarlo

Zelmira y Germán Frers, a bordo del Recluta en el Club de Mar Mallorca. Laura G. Guerra

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La historia de este barco pasó por un naufragio en 1942 y el sueño del gran arquitecto naval argentino Germán Frers senior de recuperar aquel gran yate de regatas de 20 metros de eslora. Ochenta años después, su hijo, Germán Frers junior, ha conseguido culminar el proyecto y convertir en realidad el sueño de su padre de revivir el espíritu del Recluta, una de las embarcaciones que han participado en la XXVI Regata Illes Balears Clàssics.

El Recluta original era un barco británico de Camper&Nicholsons. En la regata entre Buenos Aires y Mar del Plata encalló cuando navegaba cerca de la costa. ‘En esa regata siempre se va al límite” , cuenta Germán Frers junior, “cuanto más cerca de la costa vas, más corta es”.

“El barco navegaba de noche, tocó fondo y viraron. En la virada se cayó al mar un tripulante y cuando el barco volvió a recogerlo fue cuando quedó atrapado en la playa”, explica el arquitecto naval. Allí su majestuosa figura se convirtió durante años en una estática atracción turística con excursiones al barco hundido a dos dólares. Hasta que desapareció por completo.

El armador de la embarcación, Charlie Badaracco, no se rindió y recurrió a Germán Frers senior para recrear el barco perdido. Frers senior quería construir un nuevo Recluta utilizando piezas rescatadas del original, pero adaptándolo a su diseño propio. En ese momento, el Recluta habría sido el mayor yate construido jamás en Sudamérica. Sin embargo, como el barco, el proyecto también encalló por la escasez del plomo necesario para su construcción en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.

El Recluta se transformó con los años en un sueño pendiente de cumplir, unos planos en color que Germán Frers junior veía en la pared del estudio de su padre. Décadas más tarde, el arquitecto naval decidió relanzar el proyecto y consiguió casi ochenta años después resucitar por fin el barco. No pudo disponer, como pretendía su padre, de ninguna de las piezas del velero naufragado, pero sí de los planos originales. Aunque se trata de un barco de reciente construcción, las reglas de las regatas de clásicos le permiten competir en la clase Época (antes de 1950) dado que es una réplica fidedigna realizada a partir de unos planos de los años 40 del siglo XX.

El proceso de recreación del Recluta ha sido documentado con detalle durante tres años por Zelmira Frers, hija y nieta de estos arquitectos navales, que ha querido retratar la época de apogeo de la industria náutica argentina en el libro ‘A través del Recluta’ que se presenta el mes que viene.

Según explica: “Hoy, la realidad de esta industria es muy diferente. En este libro he querido inmortalizar una pequeña parte de la hermosa historia del desarrollo náutico argentino y a algunos de sus silenciosos protagonistas” .

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