Entrevista
Pepe Lis: «Hay que navegar y competir para llegar a ser un buen entrenador»
Fue entrenador de los equipos formados por Támara Echegoyen y Berta Betanzos (49erFX), y Diego Botín y Iago López (49er)
Ahora trabaja con el equipo olímpico brasileño de 49erFX tripulado por Martine Grael y Kahena Kunze, campeonas olímpicas en Río y Tokio
Pepe Lis (Beau, 1979) participó a los 14 años en su primer Trofeo Princesa Sofia en la clase Laser y más tarde a bordo de un 49er.
¿Cuál es el objetivo de año?
El Mundial de clases olímpicas en La Haya es la meta para esta temporada y, sin duda, este Trofeo Princesa Sofía marca la medida para saber cómo están los equipos, unos con respecto a los otros, además de indicarte qué aspectos se deben mejorar. Las principales rivales son las tripulaciones holandesa (que han disputado muy buenas regatas hasta la fecha), española y sueca.
¿Cómo llegaste a entrenar al equipo olímpico brasileño de 49erFX, Martine Grael y Kahena Kunze, medalla de oro en los dos últimos JJOO?
Necesitaba un cambio. Creo que con la Federación Española de Vela se había acabado un ciclo en el que conseguimos dos diplomas olímpicos con Támara Echegoyen y Berta Betanzos en 49erFX, y con Diego Botín y Iago López en 49er en Río y Tokio. Me llamaron de la Federación Brasileña de Vela y todo encajó. Grael y Kunze regatean todo el año en Europa, salvo algún entrenamiento que hacen en su país, donde las prepara Martha Rocha.
¿Qué cambios has introducido con vistas a los JJOO de París?
Es un equipo muy rodado, con mucha experiencia por sus dos campañas olímpicas, además muy bien dirigido por su anterior entrenador, Javier Torres. Así que ahora el enfoque está en trabajar la comunicación entre ambas. Es algo habitual en barcos dobles, porque los regatistas dedican mucho tiempo a entrenar juntos, además de las horas que comparten como compañeros de viaje y de habitación. Por lo tanto, deben distinguir muy bien entre el trabajo y la amistad. También debemos centrarnos en el nuevo material exigido en cuando a mástil y velas, que ha supuesto un gran cambio al que cuesta un poco adaptarse.
¿Qué destacarías de Grael y Kunze?
Tienen un don para navegar, mucho feeling. No sólo en 49erFX; lo harían bien en cualquier tipo de embarcación. También visualizan muy bien el campo de regatas. Es un equipo con una media muy estable en diferentes condiciones de viento, lo que al final se traduce en resultados positivos en casi todas las competiciones.
¿Crees que llegaremos a ver un 49er con tripulación mixta?
Es un barco muy bien compensado en fuerza y aparejo tanto para los hombres como para las mujeres. Sin ser una clase espectacular como los que llevan foils, no se ha quedado atrás y la clase podrá seguir adelante en el programa olímpico. No sé si llegará ese momento dada la tendencia actual.
¿Por qué crees que hay tantos entrenadores españoles en equipos olímpicos extranjeros?
El dinero es un factor de peso. ¿En cuánto valoras el conocimiento y la experiencia de un entrenador? Si alguien está dispuesto a tener al mejor de cada clase, pues lo va a conseguir. Por norma general, se reconoce más el trabajo fuera que en tu propio país. Casi todos estuvieron en la Federación Española de Vela. Al final, la vida son ciclos que empiezan y terminan en algún momento.
¿Cuáles han sido las principales diferencias en las campañas olímpicas de Río y Tokio, y cómo ves el campo de regatas de Marsella para los JJOO de París?
Principalmente, el tema económico. En la olimpiada de Brasil nos pilló la crisis y en Japón contamos con un mayor presupuesto, si bien la pandemia arruinó el ambiente y estuvimos encerrados durante todos los Juegos, excepto cuando había competición. En Tokio nos faltó un pelín de suerte porque había una muy buena generación de regatistas. En cuanto a las próximos Juegos, contaremos con vientos térmicos muy similares a los de aquí en un campo de regatas que a mí me gusta mucho.
¿Qué cualidades debe reunir un buen entrenador?
El conocimiento, aunque no representa la principal porque más importante es saber transmitir lo que quieres a los regatistas. También desacataría la tranquilidad que uno inspira en situaciones de alta tensión tanto en los entrenamientos como en la competición. Continuar navegando y participar en alguna regata ayuda, sin duda, a no olvidar la condición de regatista para ponerse en su piel y empatizar con las situaciones a las que se enfrenta.
¿Crees que toda la vela acabará siendo voladora?
Probablemente. Casi no tengo dudas de que así será. Las nuevas generaciones demandan la adrenalina y la velocidad que dan los foils. Por tanto, si queremos que sigan navegando, tendrá que ser en barcos rápidos y divertidos.
