Desafío Mapfre: Navegando por el Triángulo de las Bermudas

¿Quién no conoce la leyenda del Triángulo de las Bermudas? Desapariciones de aviones como el “Vuelo 19” en 1945, naufragios misteriosos de barcos como el “USS Cyclops” en 1918, el “SS Marine Sulphur Queen” en el año 1963 o el “SS Poe” en 1980… Todos estos sucesos, junto con otros muchos, han convertido un área de 1.200.000 km2 situada en medio del océano Atlántico en toda una leyenda. Se trata del llamado Triángulo de las Bermudas o del Diablo. Y es ahí donde entra hoy miércoles el barco español que están intentando establecer un nuevo récord sobre la Ruta del Descubrimiento de Cristóbal Colón, el VO70 “MAPFRE”.

“En principio por los modelos que tenemos creemos que entraríamos en unas 24 horas”, escribía ayer por la mañana a ABC el patrón del “MAPFRE” Fernando Echávarri. El campeón olímpico, que antes de ayer recibía a bordo la noticia del nacimiento de su segundo hijo, añadía que “entraríamos entre 150 y 200 millas al Norte de Puerto Rico. Una vez dentro, ya hasta final de viaje”. El punto final es el puerto de Miami, previo paso por la isla de San Salvador (Bahamas), a donde llegó Colón el 12 de octubre de 1492 y donde se detendrá el cronómetro que registra el tiempo que está invirtiendo el “MAPFRE” en recorrer el viaje descubridor de América.

Leyendas a parte, hoy en día son muchas las rutas marítimas y aéreas que pasan por esta misteriosa zona, paso casi obligatorio para miles de naves y aviones. Primero, porque no se cambia su camino por culpa de leyendas. Segundo, porque evitar el triángulo sería una pérdida de tiempo muy importante debido a su enorme extensión. “Es un triángulo prácticamente equilátero en el que los vértices son Bermudas, San Juan de Puerto Rico y Fort Lauderdale, en el Norte de Miami. Cada lado ronda las 850 millas náuticas (1.574 km). Echad cálculos…”, nos escribía Echávarri. “Si unís París, Roma y Madrid haciendo un triángulo, os quedaría una extensión que sería un 30% más pequeña que la del Triángulo de las Bermudas. Una vez te das cuenta de las dimensiones empiezas a entender muchas cosas, entre ellas por qué pasan tantas cosas.”

“De pequeño, en el aula de pretecnología nos ponían películas los viernes”, nos contaba Echávarri. “Me acuerdo del profesor cambiando aquellos enormes rollos de película en el proyector y también de que las películas o eran wésterns en los que siempre había serpientes que me aterrorizaban, o trataban sobre misterios del Triángulo de las Bermudas. Y claro, uno se imaginaba un triángulo pequeño en medio del mar en el que, por causas desconocidas, pasaban cosas muy raras”. Nada más lejos de la realidad.

Fuerzas magnéticas, meteorología caótica y fondo marino confuso

En la actualidad se sabe que en el Triángulo de las Bermudas se registra una fuerza magnética que afecta al funcionamiento de brújulas y todo tipo de aparatos electrónicos. Todos esos sucesos previos a la aparición de radares, satélites y el desarrollo de las telecomunicaciones tienen ahora su explicación. A esto se suma que la meteorología de la zona es tremendamente caótica e imprevisible: la corriente del Golfo hace que las tormentas, normalmente muy violentas, se conviertan en huracanes con gran facilidad. Y un tercer factor: el fondo marino del Triángulo de las Bermudas tampoco ayuda, es habitual encontrar zonas de poco calado cerca de las fosas más profundas.

A las 18:00 horas de ayer, con una tripulación española de lo más potente, el “MAPFRE” estaba a unas 320 millas al Este de la isla de Puerto Rico. Su patrón, con gran sentido del humor, decía que esperaba que siguiesen funcionando todos los sistemas de navegación, que nadie desapareciese misteriosamente durante una guardia, ni que se formase de repente una tormenta que los trasladase a San Salvador, en 1492, un día antes de que llegase Colón allí.

Estemos tranquilos: las estadísticas de la Guardia Costera de los Estados Unidos no indican que en esa zona haya más desapariciones de barcos y aviones que en otras zonas de igual tráfico...