Roland Garros

Zverev se abona a los maratones

El alemán supera otra difícil ronda para alcanzar los cuartos tras otra paliza a cinco sets con Khachanov

Alexander Zverev Reuters
Laura Marta

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A Alexander Zverev le sobra juventud. En Roland Garros ha corrido más que nadie para llegar a los cuartos de final. Salvo el estreno plácido ante Ricardas Berankis, el alemán ha sumado kilómetros en sus piernas en todas sus rondas posteriores. Dusan Lajovic, a cinco mangas; Damir Dzumhur, otras cinco, y Karen Khachanov, cinco más (4-6, 7-6 (4), 2-6, 6-3 y 6-3). Zverev está en cuartos explotando su físico y su aguante.

Parece como si el alemán se estuviera entrenando para afrontar un hipotético partido contra Rafa Nadal, de esos largos y con altibajos en los que hay que concentrar bien la cabeza desde el principio hasta el final. Solo así se entiende el maratón de partidos que acumula en las primeras rondas del torneo. Todavía sin haberse cruzado el ecuador y con todo lo importante, y los mejores del ranking, a partir de ahora.

Contra Khachanov volvió a sufrir . Una paliza de correr que duró tres horas y media. Vaivenes de juego propios y un ataque tras otro del ruso, explosivo en la pista y emocional en los arrebatos y celebraciones. También explícito fue Zverev a final del primer set, con una bola del rival que él cantó mala, pero le rectificó el juez de silla. Bola de set y a empezar de nuevo el encuentro con un parcial de desventaja.

Más en peligro puso la segunda manga, pues fue también al límite y sobre el alambre atrapó el tie break para no tener que subir una montaña mucho más alta. No obstante, tuvo que hacerlo, porque Khachanov bailó muy bien en la Suzanne Lenglen y lo obligó a todo al ganar la tercera manga.

Por suerte para Zverev, tiene esa capacidad con la que todo el mundo le da por número 1 en poco tiempo. Los dos últimos parciales fueron de una contundencia para exhibir músculos y físico en la primera semana en París. Lleva cuatro partidos como si fueran ocho, como si se esperara ya una batalla emocional, física y mental contra Rafael Nadal. Y ahí, solo uno es maestro.

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