Ya con la soga al cuello, cuatro pelotas de partido llegó a levantar, Rafael Na dal se defendía como podía frente al vendaval Roger Federer cuando el balear dejó un punto para el recuerdo, sin aliento hasta los narradores cuando hubo que ponerle voz al asunto.
Al servicio el suizo, tomó las riendas del punto con dos dos derechas duras sobre el revés del español. Hizo entonces un amago de subir a la red Federer, dominado el asunto como lo tenía, pero Nadal, rapidísimo de piernas, cruzó un revés agónico que superó a su rival y dejó atónito al público, en pie para celebrar la bravura del tenista.
No le sirvió de mucho el «highlight» a Nadal, que terminó hincando la rodilla a la quinta, ante un Federer que tendrá mucho que decir en la final.
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