Rafael Nadal se vio sorprendido por Cameron Norrie al inicio del segundo parcial. El británico le robó el saque por dos ocasiones, pero no dejó de luchar hasta recuperarlo. A partir de ahí, tres juegos consecutivos para aplacar al rival y llevarse el segundo set.
Para cerrar esa segunda manga, un puntazo de excepción que terminó con un grito de ánimo del balear que lo había pasado mal. Break, set y la oportunidad de empezar el tercero con su propio servicio.
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