Coronvirus

El desamparo de los tenistas

Los jugadores tienen permiso para entrenarse, pero sin embargo aún no pueden hacerlo en una pista

Un pistero trabaja en la puesta a punto de una pista en Alemania Efe

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La alegría del tenista ha durado un día, unas cuantas horas. El lunes, y ante un texto cargado de vaguedades y dudas, entendieron que podían ejercer su profesión, cumpliendo siempre las medidas sanitarias impuestas por las organizaciones. Además, el Consejo Superior de Deportes envió a todos los profesionales y deportistas de alto nivel (DAN) una especie de salvoconducto que les autorizaba a entrenarse sin estar sometidos a las restricciones horarias, luz verde para el regreso.

El principal problema, sin embargo, era la imposibilidad de acudir a clubes ya que las instalaciones, en un principio, deben estar cerradas, confusión total. «Ahora mismo no sé todavía si puedo abrir mi academia» , explicaba Rafael Nadal a ABC el lunes por la tarde. De ahí que optara por acudir a la pista privada de un amigo personal, eso sí parecía que no infringía ninguna norma, y retomar la actividad después de dos meses de parón.

Ayer, sin embargo, ni Nadal ni nadie pudo realizar el trabajo específico de tenista. El lunes, pasadas las ocho de la tarde, la Real Federación Española de Tenis envió un comunicado para tratar de resolver las numerosas dudas que tenían en el mundo de la raqueta en esta fase 0 de desescalada. «Los deportistas federados podrán ejercitarse físicamente al aire libre, en solitario, dos veces al día, dentro del horario establecido de 6-10 horas y 20-23 horas, en el límite geográfico de su municipio. Han de portar su licencia federativa acreditativa en todo momento. También podrán utilizar transporte para desplazarse a entrenar», explicaba el texto.

Sin embargo, el chasco llegaba en la siguiente frase. «No está autorizada en esta Fase 0 el entrenamiento de ningún colectivo (DAN, profesional o federado) dentro de una pista de tenis». Es decir, el tenista puede volver, pero no para jugar al tenis . Y, por lo que se deduce, tampoco puede hacerlo en la pista privada de una urbanización o de un conocido, aunque ni siquiera eso está del todo claro a estas alturas.

«Estamos un poco perdidos», relata Feliciano López a este periódico, trasladando sus dudas ante unas pautas muy confusas. «En teoría entendíamos que sí podíamos volver a jugar al tenis, aunque no nos quedaba claro dónde. El día 11, en principio, se reabrirán los clubes y las instalaciones deportivas para poder practicar, pero esta semana realmente no nos sirve de mucho. Nos conceden libertad de horario para hacer deporte y ya está, no tenemos ningún otro privilegio por llevar a cabo nuestro trabajo», completa. «Podríamos acudir a las federaciones territoriales o que se nos habilitara algún club. Entramos por donde nos digan, entrenamos, recogemos y nos vamos».

El lío de Djokovic

La confusión fue máxima el lunes cuando Novak Djokovic, que pasa en Marbella el confinamiento, colgó un vídeo de su vuelta a las pistas en Puente Romano , que abrió sus puertas para el serbio. Hubo un gran revuelo en las redes sociales y ayer mismo, el club andaluz se justificó en una nota. «Entendiendo que a partir del 4 de mayo los deportistas profesionales estaban autorizados a entrenar, se le autorizó a utilizar nuestras instalaciones. Una consulta posterior a la Federación Española (...) nos aclaró que habrá que esperar hasta el 11 de mayo para hacer uso del club de tenis. Lamentamos que nuestra interpretación de la norma pueda haber sido equivocada». Djokovic, por lo tanto, también se quedó ayer sin tenis, al menos que se sepa.

«Dan permiso, pero no se puede jugar en los clubes. En el tenis, se necesita una pista, no puedes poner una red en la calle y ponerte a jugar», lamenta Tomás Carbonell , vicepresidente del área deportiva de la RFET. «Hubiera sido preferible no generar la expectativa y que se nos hubiera dicho que hasta el 11 de mayo, nada, pero ahora tenemos mucha confusión».

Como la de Marcel Granollers , quien el lunes tuvo que demostrar hasta en tres ocasiones que era un deportista profesional y que ayer se contentó con un muro en la playa de Castelldefels para que al menos alguien le devolviera la pelota. En esas está el tenis.

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