Roland Garros

Aliona Bolsova, la revolución española en Roland Garros

Tatuajes, pantalón, personalidad y origen moldavo, estuvo a punto de dejarlo con 17 años por una lesión, pero con 21 brilla en París

Aliona Bolsova EFE

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Todavía se sorprende porque tiene que hablar a la cámara después de cada partido. Tiene 21 años, es el primer cuadro final de un Grand Slam al que se ha clasificado y todavía no se ha acostumbrado. Pero sonríe en esta semana de Roland Garros porque ya está en tercera ronda y el planeta tenis comienza a hablar de ella. Superó la ronda previa y ha despachado a Vera Zvonareva, que llegó a ser número 2 del mundo, y a Sorana Cirstea (7-6 (5) y 7-6 (3)) . Es Aliona Bolsova, nacida en Moldavia, en 1997, residente en España desde los tres años.

Desde pequeña estuvo unida al deporte. Sus padres, Olga y Vadim, fueron atletas olímpicos en Barcelona 92, en salto de altura y 400 metros vallas. A la raqueta se aferró cuando vio ganar a Maria Sharapova en Wimbledon. Fue curtiéndose en categoría júnior y llegó a ser cuatro del mundo. Llamó la atención por su derecha, poderosa, y su carácter agresivo en cada punto. Formó parte del equipo de Copa Federación en 2015 , justo el año de la lesión en el pie y una oferta de beca para estudiar en Estados Unidos. Tenía 17 años. Aparcó el deporte y se dedicó a otra de sus pasiones: el arte.

Estudió Diseño Artístico e Historia y fue recuperando el gusanillo del tenis. Por el momento, compagina la raqueta con los libros. Tiene un examen el sábado , y se alegrará de recibir una nota de «no presentado» porque significa que está un día más en París, donde acapara la atención estos días.

Los buenos resultados le hicieron reconducir su presente. Volvió a España y se puso en manos de Lourdes Domínguez y Ana Alcázar. Forja su propio camino, uno muy particular y alejado de la homogeneidad que impera en el circuito femenino. Prefiere su familia a los agentes. Pantalón a la falda, hacer turismo a encerrarse en el hotel. Luce tatuajes en su brazo izquierdo , entre ellos, una leona que define como un guiño feminista.

En la pista, los rugidos. En abril de 2018, su primera victoria en un torneo WTA. Entró en la lista de las 200 mejores raquetas. A finales de curso, las notas: su primer Grand Slam, el US Open, aunque no pudiera pasar de la previa. En este 2019, la confirmación de su despegue : invitación al Mutua Madrid Open donde logró su primer triunfo contra una top cien. Ella, ahora mismo, es la 137 y con esta semana fantástica en París saltará al top cien. El sábado, su examen será la rusa Ekaterina Aleksandrova.

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