Brachi: «Si se pone a tiro una medalla, voy a por todas»

Junto a Marina Alabáu y Blanca Manchón , ambas en vela en la clase RSX, Josué Brachi es el otro gran integrante de la nutrida representación sevillana en los Juegos Mediterráneos de Tarragona , que se inauguraron anoche. Hoy le toca competir ya al halterófilo hispalense, campeón de Europa en la categoría de 56 kilos el pasado mes de marzo en Bucarest .

Como Lydia Valentín, la gran campeona española, Brachi marca el camino del éxito y la superación en un deporte, hasta ahora, alejado de los focos. A la cita en Tarragona llega «bastante bien y motivado, con muchas ganar de competir» , una vez superado unos problemas físicos que ha tenido en un hombro «en los últimos días» y que ya se encuentran «solucionados».

Por exigencias del guión ha tenido que adaptarse en tiempo récord a una categoría superior, la de 62 kilos , ya que la suya, la de 56, no existirá en Tarragona. «Los competidores son otros, será mucho más complicado, porque ellos entrenan en ese peso siempre y nosotros hemos tenido que apretarnos mucho en los últimos dos meses. En tan poco tiempo de preparación hemos intentado hacerlo lo mejor posible», expone Brachi, que siempre apuesta fuerte: «Queremos hacer récords de España en arrancada, en dos tiempos y en el total olímpico. Con eso ya me iría bastante satisfecho», reconoce.

A Brachi pertenecen los tres récords de España actuales en 56 kilos y dos de los tres de 62 kilos. «Hemos cambiado, haciendo más repeticiones, una base más estable para evitar las lesiones que puedan conllevar tirar de más kilos. Se sube el peso corporal, pero también los pesos que levantar. Hemos trabajado muy bien los kilos altos para reforzar la cabeza, de modo que no tenga esa sensación de salto», explica Brachi, que ha variado la dieta: «Ahora puedo permitirme más pucheros de la abuela… -tercia con humor-. Sólo hemos aumentado la cantidad. Es otra experiencia, y si me dan a elegir, prefiero pasar hambre que comer más de la cuenta» , añade.

A diferencia de otras competiciones, no habrá distinción para el total olímpico, sólo medallas en arrancada y dos tiempos. En la primera modalidad se desenvuelve mejor el sevillano, que no descarta agarrar una presea. «Puede ser, ¿por qué no? Me encuentro bastante bien, pero compito en una categoría superior y eso requiere otro tipo de preparación. Es complicado optar a medalla, pero no hay que descartar nada. Si se pone a tiro, voy a por todas» . Su tope está en 269 kilos y, seguramente, necesitará levantar más para alcanzar los metales. Al contrario de lo que pudiera pensarse, no siente la presión de la responsabilidad ahora que es una referencia entre los deportistas españoles en las grandes citas. «Las afronto con más decisión y ambición, con más ganas. Quiero seguir demostrando que puedo superarme. Verme en los medios no es algo que me afecte, no le presto excesiva atención», comenta el levantador hispalense, que hace semanas se proclamó campeón de la Bundesliga en Alemania con su equipo, el Speyer : «Fue increíble. Ya el año pasado quedamos campeones y este año hemos repetido. Aquello es otro mundo, está mucho más profesionalizado y cada competición se vive como una final de la Champions. El público motiva a los atletas, y eso, que es de agradecer, hace que volvamos año tras año», dice.

Aquél fue un buen test de preparación para las tres grandes citas que aún le aguardan en un 2018 que ya será inolvidable para el halterófilo sevillano, al que aún no le han ofrecido los patrocinadores el respaldo que tan bien le vendría tras bañarse de oro en Bucarest y ponerle cara a la halterofilia española junto a Lydia Valentín.