Real Madrid

Vinicius levanta la moral

Debuta mañana con Zidane, que espera recuperar la fe del madridismo gracias a la calidad extrema del brasileño

Tomás González-Martín

Tiene el descaro de Garrincha y la finta de Jairzinho. Le falta el remate de Rivelino. El Real Madrid espera que se convierta en una figura mundial , en un equipo del futuro que puede contar también con Hazard y Pogba . La cotización más baja del mercado internacional le valora ya en 70 millones. El Real Madrid no le vendería hoy «ni por 150 millones». Dato sintomático de su proyección. Se llama Vinicius Paixao de Oliveira y es la gran atracción del madridismo en una temporada tan agria. El brasileño debuta mañana a las órdenes de Zidane tras dos meses de baja, víctima de una rotura de ligamentos en la pierna derecha sufrida en el partido disputado frente al Ajax en el Bernabéu. Esa lesión la acusó gravemente el conjunto blanco en aquel enfrentamiento.

La atracción blanca quiere ganarse desde mañana el puesto para la próxima campaña; quiere ser uno de los extremos en el 4-2-3-1 que plantea Zidane para el siguiente curso. Hazard debe ocupar el otro extremo. Vinicius sabe que su rival será Asensio y el examen comienza ya

El entrenador le ha reservado hasta la visita del Villarreal para que reaparezca en casa. Impidió que jugara en Getafe y en Vallecas, dos duelos duros para volver al fútbol, después de sesenta días sin competir. Zinedine ha estudiado bien su regreso. Le ha cuidado, mimado como si fuera su quinto hijo futbolista. El marsellés sabe que Vinicius es la ilusión del aficionado blanco y su retorno será el mayor aliciente del encuentro ante el equipo castellonense. «Zizou» quiere que el ídolo de Sao Gonzalo ejerza como una vitamina que recupere la esperanza de los seguidores blancos.

El ansia de jugar

Con el ímpetu de la juventud, el muchacho expuso hace diez días a Zidane que estaba en condiciones y anhelaba jugar. El «profesor» le pidió calma y que cogiera ritmo para volver al césped en plena forma y demostrara de nuevo su valor estelar. El chico quiere disputar la Copa América con Brasil y cuando veía pasar cada partido sin su presencia, ante el Athletic, el Getafe y el Rayo, sentía una ansiedad difícil de frenar.

La valoración más baja del jugador es 72 millones, la de Transfermarkt pero el club no lo vendería «ni por 150». Con 18 años se ha ganado al Bernabéu gracias a su magia, velocidad, regate y su desmarque constante para romper defensas

Zidane, que mira la profundidad del bosque y no el árbol, le hizo un favor. «Vini», como le llama el vestuario, jugará a favor de obra, en Chamartín, con el público de su lado y con los informadores de la Federación Brasileña en la tribuna. Lo mismo sucederá dentro de dos semanas, ante el Betis, sin olvidar la visita a la Real Sociedad dentro de siete días.

La vida ha cambiado mucho para Vinicius en cuestión de meses. Llegó en el mes de julio a Valdebebas, nada más cumplir los 18 años, con el objetivo de ganarse un sitio en el Real Madrid. Lopetegui le vio demasiado joven, verde, y le hizo jugar en el Castilla. Disputó cinco encuentros con el filial, marcó cuatro goles y demostró que su nivel era muy superior.

Ganarse el puesto de futuro

La crisis del Real Madrid significó que Lopetegui se apoyara todavía más en los veteranos. Se le aconsejó que Vinicius estuviera en el clásico liguero del Camp Nou. Le convocó, pero le dejó en la grada. El 5-1 acabó con el preparador guipuzcoano el 28 de octubre. Llegó Solari y Vinicius jugó ante el Melilla y el Valladolid, decisivo en ambos partidos. El chico conquistó a los seguidores. Posteriormente, sus actuaciones, veloz por la banda izquierda en arrancadas espectaculares, le transformaron en el mejor futbolista de un Real Madrid carente de energía. Solucionó bastantes puntos que estuvieron complicados.

Contrato hasta 2015: el Real Madrid pagó 45 millones de traspaso al Flamengo en 2017 y le firmó por ocho años. Lleva cuatro goles y los cuatro lo hizo con el pie derecho, pero juega por la izquierda. Ha dado siete asistencias.

Lo hizo bien en el duelo copero en el Camp Nou (1-1), con intervención en el gol. Fue el mejor madridista, junto a Reguilón, en el 0-3 del encuentro de vuelta. Y se rompió en la última final del curso, ante el Ajax, 1-4, en el momento clave, exhausto por disputar tantos partidos consecutivos cada tres días. La verdad es que Solari no le reguló. Le exprimió porque era el único futbolista que rompía a los rivales con su regate y velocidad.

Roto el 5 de marzo, se ha entrenado con Zidane durante dos semanas y mañana comienza su «examen personal», como dicen sus allegados que viven con él en Madrid. Quiere ganarse el puesto para la próxima temporada desde ahora. Hazard está a la vuelta de la esquina , Pogba quizá sea el otro fichaje importante y Vinicius quiere convertirse en el otro extremo del sistema 4-2-3-1 que planifica el responsable del equipo.

Sabe que tendrá competencia con Asensio y desea triunfar en la batalla por una plaza en el once. Ya no le valen los comentarios del estilo «eres joven, puedes esperar, tranquilidad». De eso nada. No piensa en ser un revulsivo, sino en ser titular. Se ha labrado el reconocimiento del Bernabéu con su fútbol y quiere convertirse en un ídolo inmediatamente. Sus virtudes se lo permiten. Durante estas semanas ha ensayado el disparo a puerta, la asignatura en suspenso. Mañana vuelve al fútbol.

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