Real Madrid

Una temporada en siete días

El Madrid se juega los tres grandes títulos en una semana, con Bale en el foco de las críticas

Vídeo:Atlas

Rubén Cañizares/Sergi Font

Cuatro meses después de llegar al cargo, tiempo en el que ha mezclado derrotas injustificables con victorias brillantes y, también, ha logrado levantar un título, Santiago Solari se juega su futuro como entrenador del Real Madrid . Lo hará en los próximos sietes días, tiempo en el que se va a saber si el equipo blanco continúa vivo en Champions y Copa y si realmente aún tiene alguna opción de pelear la Liga. Para empezar, hoy la vuelta de semifinales de Copa contra el Barcelona, con ligera ventaja madridista tras el 1-1 de la ida. El sábado, el segundo clásico de la semana, esta vez en Liga. Todo lo que no sea ganar y recortar la distancia hasta los seis puntos será decir adiós, un año más, al torneo de la regularidad. Y el martes, la vuelta de los octavos de Champions, frente al Ajax, con un 1-2 a favor, pero sin Ramos (sancionado) y ante un equipo que ya demostró en Ámsterdam que está capacitado para plantarle cara al Madrid.

La primera de estas tres finales trae a Bale al centro del debate, tras un tiempo en el que Solari logró enterrar las ruedas de prensa monotemáticas con su habitual pasapalabra. Ayer, no tuvo más remedio que volver a él, pero en lugar de Isco el protagonista fue Gareth: «Tenemos un partido guapísimo ante el Barcelona que va a hacer de Madrid la capital mundial del fútbol. Yo entiendo que cada uno de vosotros puede poner la mirada donde más le interese, como en la periferia de lo anecdótico, pero nosotros y, seguro que los aficionados, preferimos poner la mirada en los 1.000 días que lleva este grupo siendo campeón de Europa o en cómo hemos llegado hasta aquí para estar a un partido de meternos en la final».

Solari recibió en diez minutos siete preguntas sobre Bale y su acto de indisciplina del pasado domingo en el Ciudad de Valencia al negarse a seguir calentando tras ver que Fede Valverde sería el primer cambio. Ninguna encontró una respuesta a lo cuestionado: «El foco es el clásico y todos los jugadores, también Bale, están centrados en ello», insistió el técnico.

Sin rotaciones

En el bando azulgrana, el Barcelona afronta el partido sin ruido en el vestuario y con la obligación de marcar para tener opciones de estar en la final. Lo sabe Valverde y lo saben los jugadores, que aparcarán la idea embrionaria de despreciar la Copa para disputar una nueva final apartando al eterno rival del mismo objetivo: «Intentamos ir a ganar el partido, y partimos de la base de que si no marcamos no tenemos posibilidades de pasar. Tenemos la obligación de marcar. No variaremos lo que hacemos habitualmente. Nos tenemos que proteger como en todos los partidos, y atacar al contrario», explicó Valverde, que aparcará las rotaciones. Un clásico es mucho más que un partido de fútbol y el Barcelona se siente en la obligación de ganarlo aunque fuera un amistoso. Así se lo exigen sus socios. «Es un partido definitivo, efectivamente. Y pondremos el mejor equipo para ganar», asegura Valverde , que de puertas afuera apoya el discurso del club a favor del videoarbitraje a pesar de las últimas polémicas en las que está inmerso el Madrid: «En absoluto hay pánico al VAR . Estamos tranquilos. La polémica está ligada al fútbol y a otros deportes. Depende de las personas más que de los propios deportes. Intentaremos ganar y nos olvidamos de lo demás».

El Barcelona se aferra a Messi y a las últimas estadísticas en el Bernabéu. El argentino llega pletórico tras sus tres goles el pasado fin de semana ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán , estadio en el que el equipo azulgrana recuperó la efectividad y Luis Suárez rompió su prolongado maleficio. «Volvemos a ser nosotros. No tiramos ninguna competición. Ahora toca pensar en el Madrid, que será un rival durísimo y que juega en su cancha. Pero estamos confiados en que lo podemos hacer. Queremos conseguirlo todo», avisó el rosarino, que ha marcado 15 goles en los 19 partidos que ha disputado en el Bernabéu. Su optimismo contrasta con el de un Valverde que puede meter hoy al Barcelona en su sexta final consecutiva de Copa del Rey: «Los números sólo te indican cómo te han ido las cosas hasta este momento. No es tanto analizar los datos sino pensar cómo podemos ganar mañana. Y eso depende de muchas cosas»..

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