Fútbol

La sorprendente destitución de Antic en el Real Madrid cuando era líder

El técnico serbio llegó al equipo blanco tras su buena campaña el año anterior en el Zaragoza, pero apenas aguantó unos meses

Tomás González-Martín

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Sin apenas tiempo para celebrar el título oficioso de campeón de invierno, Radomir Antic vaciaba su taquilla de la antigua Ciudad Deportiva. La junta directiva de Ramón Mendoza sorprendía al anunciar la destitución del técnico que tenía situado al Real Madrid en lo más alto de la clasificación. El equipo venía de vencer al Tenerife en un pésimo partido y, como sucedió ante el Schalke, el público del Bernabéu mostró su enfado por el juego. Un día después, la protesta se cobraba la cabeza del entrenador serbio. Reemplazado por Leo Beenhakker , que dejaba el puesto de mánager general para vestirse de chándal, la decepción fue total al término de la temporada 1991-92, cerrada sin la Liga ni la Copa.

Radomir Antic apenas dispuso de tiempo para festejar el título oficioso de campeón de invierno como entrenador del Real Madrid. Un día después de cruzar el ecuador de la Liga como líder de la clasificación, la junta directiva del club, presidida por Ramón Mendoza, decidió destituir a Antic de su cargo. Había llegado al club a mitad de la temporada anterior, procedente del Zaragoza. Antic, que había jugado en el conjunto maño en su etapa de futbolista, llevó al club aragonés hasta la quinta posición en su primera temporada, clasificándole para la UEFA. Eso fue lo que llamó la atención de Mendoza.

Sin embargo, al presidente blanco le pudo el enfado con el juego del su equipo inmediatamente después de ganar al Tenerife. «El Tenerife me ha gustado más que el Madrid», dijo Mendoza, visiblemente molesto tras las protestas del público, que llegó a dirigirse de forma airada hacia el palco. Luego, Mendoza mantuvo una reunión con Antic, pero las explicaciones del técnico serbio no le convencieron. El Madrid acababa de proclamarse campeón de invierno, pero la enorme ventaja que llegó a tener sobre el Barcelona, ocho puntos, se había quedado tan sólo en tres. Además, el juego del Barcelona iba subiendo de calidad al mismo ritmo que bajaba el del Madrid. Incluso el propio Butragueño llegó a decir: «El Barcelona es el mejor equipo del mundo en el juego ofensivo».

Visto todo eso, Mendoza decidió entrar en acción. Por la mañana, mantuvo una reunión con Beenhakker, el director de fútbol Ramón Martínez, y el gerente Manuel Fernández Trigo . En la reunión, Mendoza sondeó la opinión de sus asesores y decidió acelerar los acontecimientos. Posteriormente acudió a una comida con los jugadores y Antic, pero no dejó entrever que ya había tomado una decisión en firme. Los hechos se concretaron por la noche. En la junta directiva, Ramón Mendoza defendió la necesidad de destituir a Antic. Criticó la escasa brillantez del juego, la mala utilización de los recursos de la plantilla, y la falta de respuesta ante el bache de las últimas semanas. Mendoza consiguió el apoyo de todos los directivos, y se decidió que fuese Ramón Martínez quien comunicase a Antic su destitución.

Antic recibió la llamada de Ramón Martínez alrededor de las 21.30. Ramón Martínez le ofreció seguir vinculado al club en un cargo técnico, pero el entrenador serbio, que tenía contrato hasta el final de la temporada, rechazó la oferta. Sin embargo, Antic se negó a realizar declaraciones hasta que algún dirigente del club se lo comunicase oficialmente. Privadamente, Antic dijo estar «muy sorprendido». Con él, en su domicilio, estaba Robert Prosinecki, el centrocampista croata que se recuperaba de una lesión, junto al padre y a un hermano del jugador.

Los jugadores reaccionaron con sorpresa. Luis Milla dijo: «No me lo esperaba. Me he quedado frío. Estábamos trabajando a gusto con él. La temporada iba bien. El asunto es un poco raro». El rumano Hagi, uno de los más unidos a Antic, al que dedicó el gol desde 45 metros que consiguió ante Osasuna, apareció muy afectado: «Me encontraba muy a gusto con él. Es extraño que esto suceda, sobre todo cuando vamos primeros en la Liga».

El recambio inmediato fue Leo Beenhakker, que ya fue técnico del club durante tres temporadas. Beenhakker se convirtió en el cuarto entrenador del Madrid en dos años, después de John Toshack, que precisamente le sustituyó a él, Alfredo di Stéfano, y Antic.

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