Real Madrid

Solari vulgariza al Real Madrid

El técnico no habla de ambición. Da los empates como buenos y señala el mérito de «pasar del noveno al cuarto puesto», pero sigue a siete puntos del líder

Vídeo: El Real Madrid encara el choque contra la real Sociedad a 7 puntos de la cabeza ATLAS

Tomás González-Martín

Nadie esperaba que Santiago «el Indiecito» Solari demostrara diecinueve años después de su estreno en el Real Madrid tanto desconocimiento de lo que es el espíritu ganador de la empresa. El actual entrenador del primer equipo conquistó como futbolista la décima Champions en Glasgow, compañero de Zidane y de Raúl en el césped, además de dos Ligas, la Copa Intercontinental, la Supercopa de Europa y dos Supercopas de España, pero ese balance triunfal no parece haberle marcado el carácter de victoria que define al club desde que Bernabéu construyó el estadio que lleva su nombre y fichó a Di Stéfano para formar el mejor equipo del mundo. O Solari se expresa muy mal, o Solari no se da cuenta de lo que dice o Solari comete el enorme error de restar importancia a los fiascos de su equipo con manifestaciones que dejan boquiabiertos al madridismo y a la entidad que le paga.

Justificó a Marcelo: «Marcelo ha sufrido tres lesiones en seis meses y es un jugador fundamental»

En su ansiedad por justificar la decepción de los dos puntos perdidos por culpa de Cazorla, que situaron al campeón de Europa a siete puntos del Barcelona, el responsable deportivo del Real Madrid dejó esta frase registrada para la historia: «No hay que subestimar los empates, esta Liga es muy competida». Lo explicó con un optimismo de futuro que se vislumbró afectado, escudado en una visión positiva que siempre exhibe ante la prensa pase lo que pase, hasta parecer inverosímil. Sumar al menos un punto, en efecto, puede venir bien en una visita al Barcelona y al Atlético en un momento concreto, pero el problema del equipo madridista es que en 17 jornadas acumula cinco derrotas y tres empates. En esta diatriba, cuarto en la clasificación, las igualadas son verdaderamente derrotas camufladas, edulcoradas.

Los cambios de Solari: Courtois y Pintus

Destacamos esa posición, la cuarta en la tabla, porque el argentino dio valor al lugar que ocupa su equipo: «Lo importante es seguir escalando posiciones. Hemos pasado del noveno puesto al cuarto. El principio ha sido difícil y debemos seguir recortando, pero en la adversidad es donde se ve el carácter. Estamos contentos de nuestro trabajo». Tras la extraña entronización del empate, ensalzar la cuarta posición en el campeonato español como un hecho relevante fue el otro argumento que acabó por molestar a la afición y a un sector del club, que no comprendía esta justificación injustificable. El Alavés, por cierto, dejó provisionalmente al Real Madrid en el quinto puesto. Lo más grave no era canonizar la cuarta plaza de Champions como buena, sino que Julen Lopetegui fue echado tras perder 5-1 en el Camp Nou, con el Real Madrid colocado a siete puntos del cuadro azulgrana, y dos meses más tarde Solari mantiene al conjunto blanco a siete puntos de líder después de ganar al Rayo y al Huesca por la mínima y empatar con el Villarreal, todos ellos clubes que luchan contra el terror del descenso. La vida sigue igual de resignada en el Real Madrid, sea con uno u otro técnico.

Cuarto en la Liga: «Lo importante es seguir escalando posiciones, hemos pasado del noveno al cuarto puesto. El principio ha sido difícil y debemos seguir recortando puntos». Pero el Real Madrid de Solari está a siete puntos del líder, lo mismo que Lopetegui cuando fue echado

Las únicas diferencias marcadas por el argentino es que dio la titularidad a Courtois, concedió más minutos a Vinicius, pero siguen siendo pocos, y otorgó la potestad física a Pintus para atacar un problema endémico, el de la preparación, que fue la acusación principal contra el guipuzcoano.

Se elogia en la casa madridista la mano izquierda que Solari demuestra con la prensa, pero convertir una cuarta plaza liguera en un hecho importante ha supuesto el colmo de la devaluación del Real Madrid por parte de un responsable deportivo.

Un ambiente de resignación

Diversos profesionales de la entidad y muchos seguidores criticaron este mensaje de resignación desde el púlpito del banquillo, que no casa con la ambición suprema que exige el club.

En cualquier otro momento, este ambiente de vulgaridad asumido por un entrenador le habría costado el cargo. Sus palabras recordaron las manifestaciones de impotencia que Bernd Schuster reconoció el 8 de diciembre de 2008, cuando espetó días antes del clásico: «Ganar en el Camp Nou es imposible». Y lo fue para él. Le despidieron como responsable del plantel.

El remate del cúmulo de equivocaciones de concepto que exhibe Solari fue justificar la titularidad de Modric y Marcelo en Villarreal, cuando no estaban en condiciones: «Luka demostró compromiso al saltar al campo con 39 grados de fiebre. Marcelo ha vivido una etapa difícil. Sufrió tres lesiones en seis meses. Hay actuaciones mejores o peores y lo que debemos hacer es cuidarle». Nadie discute la entrega del croata y la necesidad de partidos que ruega el brasileño para recuperar su mejor estado. Lo que se critica al entrenador es su fallo al alinear a un enfermo y su error al mantener en el once, a domicilio, a un lateral que es superado periódicamente por los rivales, cuyos técnicos inciden tácticamente en ese punto débil y sacan provecho. Reguilón debió jugar en Villarreal y en Éibar. Y tendría que hacerlo en Leganés y en el Villamarín.

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