Real Madrid

El partido que puede cambiar la carrera de Vinicius

Partido mayúsculo del brasileño, cuchillo ante Arnold y acertado ante la portería rival como nunca antes

Crónica del partido Real Madrid - Liverpool

Klopp estalla contra Brynch

Vinicius durante el partido contra el Liverpool ABC
Rubén Cañizares

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Preguntado por este periódico en la previa por las notables bajas del Liverpool en defensa y en la zona baja del centro del campo, coyuntura en la que podía estar la llave de la eliminatoria, Zidane se mostró prudente: «Los que sustituyan a los lesionados serán muy buenos. Nosotros también tenemos bajas, pero nuestra fuerza es el grupo».

El tópico sonaba a eso, a tópico, pero el entrenador francés sabía que las ausencias de Virgil, Matip, Gómez y Henderson eran una autopista para los jugadores más veloces de su plantilla. Y ahí estaban Asensio y Vinicius, titulares anoche. Quizás la baja de última hora de Varane, positivo por coronavirus, ayudó a olvidarse de la defensa de cinco y apostar por el brasileño para volver a la línea de tres en el ataque, pero fuera una, otra razón o la mezcla de ambas, el acierto de Zidane fue evidente.

Cada balón a la espalda de Kabak y Phillips era una pesadilla para el Liverpool. Alexander Arnold y Robertson, muy lejos del nivel de aquellos dos laterales que maravillaron al mundo en 2019 y 2020, también pusieron de su parte. La mitad del gol de Asensio se la adjudicó el carrilero inglés con una asistencia de compañero, aunque fuese enemigo. Buen partido del balear, que suma cuatro partidos consecutivos viendo puerta y que empieza a recordar al Marco que deslumbró en la primera etapa de Zidane en el banquillo blanco.

Kroos, cirujano

Fue una primera parte coral del Madrid, con Kroos dando otro clinic de fútbol. Su pase de cirujano de sesenta metros en el 1-0 deberían ponerlo en bucle en los vestuarios de La Fábrica. Una maravilla propia de su gigante talento que, esta vez sí, no desperdició Vinicius. Aleluya.

Carrera de brasileños entre los dos centrales, control orientado con el pecho y golpeo duro y seco a la derecha de Alisson . Explosión sobre el verde, con beso al escudo incluido, y en la grada. Marcelo sonreía y celebraba como si el gol hubiera salido de su zurda.

El lateral y Casemiro son los ‘padres’ deportivos de Vinicius. Uno en la grada y otro sobre la hierba no dejan de dar indicaciones y órdenes al ‘20’ blanco. Sabedores ambos de su bloqueo ante la portería contraria, no dejan de animarle jugada tras jugada. Sus gritos son los que más suelen rompen el silencio de un Di Stéfano vacío de aficionados, pero lleno de fútbol. Inoportuna la declaración de Klopp en los minutos previos al partido: «Esto es un campo de entrenamiento», dijo.

La bocanada de Jurgen recibió doble castigo por parte de Vinicius. El brasileño aprovechó una asistencia de Modric para hacer olvidar el gol de Salah y dejar la eliminatoria con una interesante ventaja para Anfield. Golpeó de primeras con el interior al palo corto de Alisson. Su abrazo, tras la celebración, con Zidane plasmaba la atinada elección del francés y la devolución con hechos por parte del brasileño. Hay partidos que cambian carreras y rompen tabúes. Quizás, para Vinicius, ayer fue así.

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