Real Madrid

Otra noche invisible de Hazard: «Necesita algo diferente»

El belga vuelve a dejar muy frío al aficionado tras otra pobre actuación individual, y Zidane pide paciencia

Rubén Cañizares

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Dieciocho meses después de su aterrizaje, la sombra de Hazard sigue sin aparecer por el Real Madrid. El futbolista, tampoco. Las numerosas lesiones, dos de ellas de gran importancia, no han ayudado al belga. Eso es una evidencia por la que no podemos pasar de soslayo, pero ni siquiera ya sus problemas de salud pueden servir de parapeto a un futbolista de 100 millones de euros que empieza a desesperar a la afición blanca.

Hazard se mueve a cámara lenta. Seguramente, por televisión, es más complicado apreciar la lentitud de los movimientos de Eden. En directo, es clamoroso. Y preocupante, muy preocupante. Si por alguna razón invirtió el Madrid dos ceros en el fichaje de Hazard fue por su electricidad y verticalidad. De lejos, en su época en el Chelsea, la más atractiva y determinante del planeta fútbol, con permiso del mejor Neymar. De aquello, ahora no hay ni las cenizas: «Eden tiene que recuperar la confianza, hacer un buen partido, meter un gol o algo diferente. Pero poco a poco. Hay que tener paciencia».

Novedad táctica

Ayer modificó su plan Zidane durante la primera media hora, pero el movimiento táctico del francés tampoco encontró una versión digna de Hazard. El belga jugó en un híbrido de mediapunta y falso nueve, dejando la banda izquierda a Asensio. Ahí es dónde más daño ha hecho en su carrera, sobre todo en Londres, pero la probatura no salió cara. En cuanto el Athletic se pudo por delante en el marcador, Zidane volvió a su esquema habitual.

Una ruptura al espacio dentro del área que acabó en un disparo mordido, repelido por la defensa vasca, y un pase a Asensio para que el balear reventara el palo derecho de Unai Simón fueron las dos únicas noticias de Hazard en los pobres 67 minutos de juego del futbolista belga. Como ya ocurrió contra el City en la vuelta de los octavos de final de la Champions de la pasada temporada, Hazard acumula titularidades por su apellido. No hay ni una sola razón futbolística que le haga merecer un sitio en el once, y al final el que lo acaba pagando es el equipo, que sale al campo con diez jugadores y medio.

La insistencia en Hazard no solo no esta siendo una buena elección, sino que además está provocando un contagio en su competencia en el equipo. Vinicius ha desaparecido de los planes de Zidane, y cuando se acuerda de él el técnico francés, el brasileño parece ese jugador tímido y errático de sus primeros meses en el Real Madrid, con Lopetegui en el banquillo blanco. Está mal Vinicius y está rematadamente mal Hazard. No hay banda izquierda en el Madrid y eso penaliza hasta el punto de ni siquiera meterse en la final de la Supercopa. Tachón importante para el equipo en este comienzo de 2021.

Asensio no es suficiente

Paradójicamente, el otro futbolista de la plantilla que puede ocupar esa posición en la que no terminan de carburar Hazard ni Vinicius y que, en estos momentos, es el futbolista más en forma del equipo es Marco Asensio. De las botas del balear salieron las mejores jugadas del Real Madrid , a pesar de jugar en la derecha, desplazado allí por el empeño de Zidane en el belga. Es la mejor noticia que puede rescatar el Madrid de una derrota inesperada que puede dejar facturas y que, otra vez, vuelve a poner al entrenador francés en el punto de mira: «Ellos han salido muy bien y a nosotros nos ha costado en la primera mitad. Además, con el 0-1 han creído aún más en lo que hacían y han crecido en el partido. En la segunda mitad hemos hecho algunas modificaciones y hemos reaccionado, pero no ha sido posible», analizaba Asensio.

El «11» del Real Madrid estrelló el balón en la madera en dos ocasiones, una de ellas en un espectacular disparo desde la frontal, y se quejó vehementemente de una mano en el minuto 95 que pudo suponer penalti y la oportunidad de llevar el partido a la prórroga, pero el balear no quiso poner ninguna excusa a la eliminación: «Estamos enfadados y tristes, pero ahora tenemos otros retos por delante, y debemos centrarnos en ellos e intentar lamentarnos lo menos posible. ¿La mano? Le da, porque yo lo veo claramente. No sé si viene de rebote o no, o si da para pitar penalti, pero darle en la mano le da».

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