Real Madrid

Luis Gómez-Montejano, el madridista inolvidable

Murió hace un año y el club y las peñas rememoran su trabajo incansable; Florentino Pérez le considera un ejemplo

Luis Gómez-Montejano y Alfredo Di Stéfano ABC

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Murió hace un año , el mismo día del aniversario de Cristiano, y ningún profesional del Real Madrid le olvida. Fue un amigo para Florentino Pérez, para toda la Junta directiva, a la que pertenecía, y para los empleados del club. Fue un genio empresarial. Un creador. Un pionero. Un madridista que ejerció la filosofía de la casa en todos los sitios del mundo por donde viajó. Luis Gómez-Montejano y Arroyo trabajó mucho, demasiado, y esa dedicación no le impedía reconocer que también supo vivir mucho. Esa forma de saber vivir fue paralela a su genialidad para los negocios, a su intuición para la inversión, a su fidelidad con amigos como Florentino Pérez y Gumersindo «Chindo» Santamaría y a una «enfermedad» incurable que él hizo bonita con orgullo. «Soy madridista desde que tengo uso de razón». Nacido en 1922, se hizo socio en 1957. Su buena imagen personal, impresionante, le permitió ser actor extra en algunas películas de Jorge Negrete. Conoció a Florentino Pérez . Y fue fiel a él hasta el 5 de febrero de 2017.

Las peñas echan de menos a un hombre que las visitó por toda España para mantener viva la llama del madridismo y conseguir que se sintieran queridas por el club, que eran parte importante del Real Madrid

Estuvo al lado del presidente del Real Madrid desde que el actual dirigente del club presentó por vez primera su candidatura al cargo en 1995. Directivo desde el año 2.000, Gómez-Montejano lo fue hasta su adiós. Presidió su equipo entre el 26 de abril y el 2 de julio de 2006, cuando la dimisión de Fernando Martín abrió el proceso electoral ganado por Ramón Calderón.

No estuvo ahí para figurar en el palco y presumir. «Se dedicó al Real Madrid toda su vida», manifiestan sus compañeros de Junta directiva. «Soy peñista de vocación», nos dijo por última vez antes de un clásico. Enamorado de la pasión que los peñistas de todo el mundo sentían por la entidad, Luis les rendía homenaje. Era uno de ellos. Se recorría todas las peñas blancas de España y algunas allende la frontera. «Chindo» lo sabe bien. Había jornadas en las que hacía mil quinientos kilómetros y visitaba cuatro sedes. Eso es querer a un club. Hacia patria madridista. Un genio como Luis se reunía con el pueblo llano para hacer madridismo de calle. Se preguntarán ustedes cómo podía triunfar en los negocios con esa entrega total al equipo de sus amores. Porque su capacidad de trabajo era infinita. Disfrutaba con él, no era un sacrificio . Era su vida.

Comenzó su carrera en negocios de hostelería y como empleado del Banco Central. Pero el sillón de la mesa en el banco no era lo suyo. Y Luis se hizo a sí mismo. Empezó a adquirir suelo. Se convirtió en pionero en España al comprar camiones para trasladar los escombros de las grandes obras cuando en nuestro país se hacía con carros y mulas. Se forjaba un gran empresario. Creó el grupo de empresas Montejano. Invirtió en estaciones de servicio. Y entre diez mil horas de reuniones y decisiones importantes sacaba tiempo para viajar por las peñas del Real Madrid en toda España y trabajar en el club. Con 94 años, con la salud torcida como un borceguí cambiado de pie, intentó volar a Japón en diciembre de 2017 para vivir en directo la victoria en el penúltimo Mundial de Clubes. En su casa no se veía televisión, había canal del Real Madrid. Murió el 5 de febrero de hace un año. Hoy, ahora mismo, cuando escribimos este texto, se le recuerda en el Real Madrid como un directivo imborrable.

Las peñas le echan de menos. Y Florentino Pérez. Y Gumersindo. Nosotros también. Subió al cielo para ver a sus ídolos de siempre, a Di Stéfano, a Ciriaco, a Ricardo Zamora, a Quincoces. Y organizó reuniones de peñas allí arriba. Su último visitante fue Sanchís, al que vio ganar la sexta Copa de Europa en 1966.

Es el receptor del madridismo en el cielo. El conseguidor. El organizador. Don Santiago Bernabéu puede fumar tranquilo sus puros. Don Antonio Calderón, Don Manuel Fernández Trigo y Don Luis Gómez-Montejano y Arroyo dirigen al Real Madrid en el cielo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación