Real Madrid

Odriozola, otra bala para la banda derecha

Buen estreno del lateral, que fue un estilete en ataque y defendió con eficacia. El duelo con Carvajal promete

Tomás González-Martín

Llegó desde San Sebastián a la capital de España en el ecuador de julio, después de estar en el Mundial de Rusia, y con dieciséis días de vacaciones se incorporó a los entrenamientos del Real Madrid a las órdenes de Lopetegui, que le había convocado con la selección española un mes antes. Quería ganar la competencia con Carvajal, la misma que tenían con España , desde el primer día.

El vasco fue un extremo puro y sus compañeros le enviaron constantemente pases al hueco para aprovechar su rapidez, especialmente en el primer tiempo

Se entrenó en Valdebebas en pleno verano , pero una lesión de grado uno en el abductor de la pierna derecha le descartó para ser titular en la final de la Supercopa de Europa. Fue un contratiempo importante. El guipuzcoano soportó una baja de larga duración. No era una dolencia baladí. Anoche debutó por fin como lateral derecho del Real Madrid, precisamente cuando su rival estaba ausente por un golpe en un muslo, sufrido frente a la Roma. Y Odriozola demostró que Lopetegui tiene dos balas para entrar por la banda derecha desde la engañosa posición de lateral.

El donostiarra dio una lección de velocidad, imparable, inagotable, como si tuviera un motor en sus gemelos. Sus compañeros no hicieron más que aprovechar su rapidez para lanzarle pases al hueco, algunos casi imposibles, que el vasco cazó al límite para enviar pases de la muerte entre los aplausos del público. El debutante, internacional, se gano el cariño de la afición desde el primer día.

Le pusieron dos hombres

«Es eléctrico», decían los seguidores en la grada . Fue un estilete durante los noventa minutos. Javi López sufrió una enormidad, superado por la rapidez del lateral. Penetró hasta dentro del área españolista en tal medida que Rubí ordenó a Naldo que le ayudara a frenar al verdadero extremo del Real Madrid.

Álvaro, como le llama el vestuario, dio un pase de gol a Benzema que Mateu anuló por fuera de juego del francés. El técnico blanquiazul sacó a Leo Baptistao y el delantero tuvo la segunda misión de taponar al torbellino vasco cuando el Real Madrid tenía la pelota. Lo mejor de Odriozola es que también lo hizo bien en su labor defensiva . Ganó por velocidad dos balones peligrosos cuando el rival realizó contragolpes que siempre fueron complicados para los blancos.

Entre Javi Lopez, Naldo y Baptistao intentaron tapar el boquete que Odriozola les hacía. Pero el debutante tenía recursos para mantener su protagonismo. Combinó con Modric para que su equipo encontrara el camino por el interior.

Entraron Mariano y Lucas. Era un cambio de juego por la diestra. Y Odriozola enlazó con el gallego para abrir pasillos, a la vez que enviaba pases para que los rematara el dominicano. El guipuzcoano demostraba que tenía variedad de fútbol para ser importante en el ataque.

Ramos confía en el guipuzcoano

Lo fundamental es que nunca descuidó la retaguardia. Odriozola cortó, se mostró serio en los marcajes y demostró la fiabilidad que desea el capitán, Ramos, en sus compañeros de línea. Álvaro aseguró la posesión en las situaciones difíciles y dio pases al sevillano para tranquilizar el partido cuando el Español buscó el empate en varios ataques nacidos de robo de balón. El jefe de campo del Real Madrid confía en Álvaro como confía en Carvajal.

La competencia entre los dos laterales presenta la misma intensidad que la que viven Keylor y Courtois, que anoche regresó a la titularidad. Lopetegui potencia una rivalidad positiva que en el caso de ambos defensas no necesita semillas. Los dos son futbolistas de velocidad pura, incansables en el trabajo de subir y bajar. El cuerpo técnico manifiesta que la doble labor de los laterales, ataque y defensa, exige el esfuerzo supremo de estos jugadores, que son los que más corren de todo el equipo.

El Real Madrid sufrió, sudó, lo pasó mal ante la cortedad del marcador y Odriozola superó el estreno con nota. Nadie se dio cuenta que era un debutante vestido de blanco en el Bernabéu. A sus 22 años es un futbolista hecho, curtido, que ha alcanzado su máximo nivel en dos años fulgurantes en los que se ganó la internacionalidad. El campeón de Europa tiene cubierto el puesto del «2» para una década.

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