Real Madrid

Modric reclama el mando para enderezar la nave

Suplente en Moscú, sustituido ante el Atlético, el Sevilla y el Athletic, el croata desea echarse el Real Madrid a la espalda para salir del atolladero

Tomás González-Martín

En silencio, sin quejarse. Profesional ante todo. El Mejor Jugador del Mundo ha jugado la mitad de la temporada del Real Madrid, 571 minutos oficiales de los 900 disputados, y su ausencia se notó en demasía. Ha estado en los diez compromisos oficiales abordados por el campeón de Europa, pero los ha protagonizado en porciones, suplente en cuatro ocasiones, titular incompleto en cinco de los otros seis enfrentamientos. El Mundial supone un precio muy caro para los futbolistas y especialmente para los hombres que aspiran al título hasta el final. Luka Modric tardó tiempo en adquirir la forma. Piensa que se encuentra casi al cien por cien desde hace varias semanas. Ahora pide su sitio, la batuta del fútbol blanco, sin sustituciones, ni descansos, en un momento delicado para su club.

Los veteranos: el técnico recurre a los titulares para que saquen al equipo de esta situación xtraña en la «final» de Vitoria

Su desgaste en la Copa del Mundo ha pasado una factura excesiva al campeón de Europa. Fue reserva en la final de la Supercopa de Europa, en agosto, un mes después de perder la final ante Francia. En Tallin, ante el Atlético, saltó al campo en la segunda parte para intentar asegurar el control del encuentro y dos errores defensivos condenaron al Real Madrid .

Dos meses más tarde, su pase a la reserva frente al CSKA moscovita, una decisión que Lopetegui le consultó , también fue relevante. Tuvo que salir para buscar un empate que no llegó. Sustituido ante el Athletic, el Sevilla y el Atlético, otros tres duelos sin victoria, el croata reclama coger la bandera del Real Madrid y sacarle del marasmo. El director de orquesta desea jugar los partidos completos desde hace tiempo. Hoy quiere llevar el timón de la nave en la final de Liga que se dirime en la octava jornada.

Lo reconoce su entrenador, nacido en una familia tradicional vasca, donde su padre, José Antonio, Aguerre II en el apelativo de competición, levantaba piedras a ritmo de récord. Su hijo quiere levantar la piedra blanca: «En este club nos tomamos todos los partidos como una final y queremos ganar esta final».

Dos pivotes junto a Modric

Dos derrotas y un empate en los últimos tres enfrentamientos, uno de ellos de Champions, dramatizan la cita de Mendizorroza en una situación que, analizada con lógica cartesiana, no admite el drama. El conjunto madrileño es colíder de la Liga y tiene las opciones intactas para entrar en la siguiente fase de la Copa de Europa. El año pasado se clasificó tras perder ante el Tottenham en Londres y empatar en el Bernabéu con las huestes de Kane. Y en mayo se adjudicó la «decimotercera». Nadie se acordaba ya del Tottenham y del hundimiento ante Kane.

Ahora, una derrota ante el CSKA ha encendido externamente la luz de alarma porque el Real Madrid no deja indiferente a nadie, suscita filias y fobias extremas, y sus enemigos desean ver cortadas las cabezas cinco meses después de la tercera Copa de Europa consecutiva. Quieren ver sangre en la casa del éxito . Modric se pone al frente de la manifestación para enderezar el rumbo. Levanta el estandarte del equipo en una visita difícil, Mendizorroza, ante un rival que busca aprovechar la balacera de críticas que soporta el finado adversario.

Tras unas rotaciones y descansos que no han salido bien por culpa de fallos defensivos y ansiedad en el remate, Lopetegui sacará en Vitoria todo el arsenal, como si Mendizorroza fuera la final de Champions en el Metropolitano. Ayer ensayó con los titulares históricos. Ya no descansan Modric y Ramos. El croata asumirá la responsabilidad en el campo. El técnico se la entregará para todo el concierto. Hoy es día para que los veteranos intenten ganar por oficio, nada de experimentos. Si mueren con las botas puestas, que mueran con ellas quienes las han llevado durante el último lustro triunfal en el continente europeo.

El preparador analiza que no es hora de poner a los jóvenes suplentes a los pies de los caballos. Entrarán en el segundo tiempo si la situación lo exige, pero no recibirán la responsabilidad de comenzar esta importante final.

Las bajas de Marcelo, Carvajal e Isco significan la formación de una defensa nueva y de un 4-2-3-1 muy definido como sistema. Odriozola y Nacho serán los laterales. Varane y Ramos formarán en el centro de la retaguardia. Kroos se sumará a Casemiro en el doble pivote con el objetivo de robar y construir, para enlazar inmediatamente con Modric, que encabezará el triunvirato de creación para alimentar de pases a Bale y Asensio en los flancos. Se presume que Benzema se mantendrá en punta en el once, con Mariano preparado como primer recambio del ataque si el gol continúa de huelga blanca. La esperada entrada al esquema del ariete hispanodominicano no tiene que afectar precisamente a Benzema, como ha dejado claro su entrenador. Deben recuperar el camino del gol. Abelardo pondrá duro el examen.

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