Real Madrid

Las medidas extremas del Real Madrid frente al Covid

El Real Madrid ha potenciado los protocolos para enfrentarse al virus, limitando los movimientos, las reuniones, las salidas de casa y los contactos de sus jugadores. Es un trabajo extraordinario que afecta a las 24 horas diarias de cada profesional

Tomás González-Martín

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El protocolo ante el coronavirus

Vida íntima, sin salir

El protocolo de seguridad del Real Madrid para atacar el Covid advierte a sus profesionales que la mejor forma de evitar el virus es quedarse en su domicilio y no salir a arriesgarse con contacto ajenos a su entorno familiar.

Control de las personas que entran en casa

Deben mantener un contacto mínimo con las personas que trabajan en sus domicilios, que son controlados médicamente. La compra y otras labores en su residencia deben ser atendidas por otras personas.

No llevar niños al colegio

El Madrid recomienda a sus jugadores no hacer esa función porque su llegada a las cercanías del colegio produce el acercamiento de muchas personas ajenas. Y tampoco pueden bajarse del coche.

Ni una foto

Los profesionales no deben hacerse fotos ni selfies con desconocidos, como sucede habitualmente con un jugador. Se acabó ese contacto tan cercano.

Las visitas, solo tras superar un test

La Navidad es un peligro y los profesionales pueden recibir visitas de personas que no estaban en su entorno diario. Solo podrán admitirlas si pasan controles médicos previos.

Luka Modric ha dado negativo, pero no podrá jugar ante el Cádiz y el Athletic porque deberá estar diez días en cuarentena

El Real Madrid ejecuta un trabajo extraordinario para vencer al virus. Es un control constante de 24 horas al día en la existencia de cada jugador, de cada técnico, de cada profesional ligado a los equipos de fútbol y de baloncesto. La pelea del Real Madrid contra el coronavirus es un combate muy largo que comenzó con la llegada de la pandemia y que ha ido añadiendo actuaciones drásticas paralelas al conocimiento de cada nuevo dato, para adoptar las respuestas consecuentes, médicas y de convivencia, en la lucha contra el enemigo. Los casos de Pablo Laso y Heurtel en el equipo de baloncesto, el pasado lunes, extremaron una vigilancia que los positivos de Modric y Marcelo, el miércoles, convirtieron en alerta máxima. El croata, por cierto, dio negativo ayer , pero no podrá jugar porque debe estar diez días en cuarentena. Ancelotti le dará un merecido descanso. En el club había el temor de un brote y tenía que atajarlo. La entidad ha tomado toda clase de medidas en la vida diaria y profesional de sus entrenadores, futbolistas, médicos, fisioterapeutas, utilleros y jardineros para evitar los contagios.

El marcaje médico sobre las sesenta personas que forman el ‘staff’ del primer equipo madridista no lo soportaría en el césped una estrella del gol. Los nueve casos vividos esta semana, con los últimos positivos de Asensio, Rodrygo, Bale, Lunin y Davide Ancelotti como remate de una preocupación extrema, intensificó las vigilancias médicas y varió el ritmo de trabajo para eludir los contagios entre posibles afectados. Los entrenamientos se trasladaron a la tarde para auscultar a cada profesional temprano y decidir diariamente quien acudía a la sesión en Valdebebas y quien no.

Un día en la lucha contra el Covid

El día a día de un futbolista del Real Madrid comienza cada mañana, a las diez, con dos controles, el de antígenos y PCR, que se llevan a cabo en la ciudad deportiva de Valdebebas. El jugador llega solo en el coche, para eludir contactos innecesarios con personas ajenas al equipo, y es sometido a las dos pruebas ordenadas por Niko Mihic, el doctor jefe de la entidad. Terminados los dos tests, de manera individual y privada se les llama para comunicarles su resultado de antígenos, que se obtiene diez minutos después de hacerlo, y pasadas las tres de la tarde se le comunica el resultado del PCR. Con esa incógnita, el jugador coge el coche en Valdebebas y regresa a su domicilio, sin haberse acercado a ninguna otra persona que no sea el médico.

Cuando llega a casa, el profesional solo debe mantener contacto con su pareja, sus hijos o los familiares que conviven con él, como es el caso de Vinicius, personas que también están controladas con tests para no perjudicar al futbolista con un contagio interno. El cuadro médico ha aconsejado a sus profesionales que no inviten a ninguna otra persona a sus casas si no es estrictamente necesario. Y que coman en la intimidad.

Los familiares que llegan por vez primera a la casa de un jugador, un hecho muy probable ante las próximas fiestas, deben someterse también a controles médicos previos. Los futbolistas tienen la orden de no permitir la entrada en sus residencias a nadie que no haya superado los tests. El mayor peligro llega precisamente de las personas ajenas que vienen del exterior y no han mantenido contacto con el profesional hasta ahora. Todos los familiares y personas allegadas al jugador, los que conviven habitualmente con él, deben pasar controles periódicos.

La compra de la comida también exige una vigilancia extrema, pues son personas que salen al exterior y mantienen contacto con otras. Debe hacerla siempre la misma persona, que estará controlada, al igual que los posibles trabajadores de la cocina y del mantenimiento de la residencia. El Real Madrid quiere evitar en la medida de lo prudente el contacto directo. Si las compras vienen en transporte, solo una persona debe mantener ese contacto y estará controlada.

Las actuaciones de personas para realizar arreglos, obras u otras labores dentro de la residencia de un futbolista también son un foco de peligro y solo mantendrán contacto con una persona de la casa, vigilada por tests.

Los jugadores tienen la orden de no hacerse fotos con alguien que no sea de su entorno, una petición que soportan multitudinariamente a diario. Se han acabado las fotos, los selfies y la cercanía de desconocidos que le pasan el brazo por encima del hombro para salir juntos en la instantánea. Fotos no, según el club.

El futbolista come pronto, antes de las doce, porque el entrenamiento empieza a las cuatro. Así elude comidas familiares en muchos casos. Espera en casa hasta conocer, a las tres, si ha dado negativo y acude al entrenamiento, solo en su coche, o si ha dado positivo, en cuyo caso el jaleo casero es monumental, con el aislamiento del afectado respecto a su familia. Finalizada la sesión el jugador retorna a su domicilio y el protocolo vuelve a empezar.

El profesional tiene asumido que a la mínima duda de un resfriado, un enfriamiento o una tos, suyos o de un familiar, debe haber control para todos, porque puede contagiarse. Ha de llamar al cuadro médico del club y un doctor acudirá a su residencia para dictar medidas y tomar decisiones.

El relato empezaba con la llegada del jugador a las diez de la mañana a Valdebebas, pero antes tiene el desayuno en casa, que debe seguir según la normativa, y un punto importante: nunca llevará a los niños al colegio, pues mucha gente se acercaría al coche a hacerse fotos. El jugador, además, no puede acompañar a sus chavales hasta la puerta, p or el gentío que le rodea. El protocolo del Real Madrid contra el Covid es exhaustivo .

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