Real Madrid

Mariano, un buen goleador roto por las lesiones

Sus padres, Mariano y Mariana, son dominicanos; su abuelo, Mariano, jugó al fútbol con Enrique Pimpinela Francés, el descubridor del goleador

Tomás González-Martín

Enrique Pimpinela Francés, un aragonés de Épila enamorado del fútbol base, una institución en el Club Deportivo Premiá, fue el culpable del descubrimiento de Mariano. Enrique es un estandarte del fútbol base en el Maresme catalán por su dedicación «al fútbol de verdad, el de los chavales». Le vio golpear al balón cuando solo tenía cuatro años mientras presenciaba un partido en La Salle, y le dijo al abuelo del niño, también llamado Mariano: «Tu nieto le pega al balón de manera increíble, traémelo el lunes al Premiá». Mariano Díaz Mejía se llamaba el nene. Estuvo en las categorías inferiores del Premiá hasta los ocho años.

Su padre, Mariano, Pocholo para los amigos, fue culturista. Su hijo, Mariano, quiere triunfar en el Real Madrid: «No tengo la bola de cristal, pero me quiero quedar»; Zidane señala que las lesiones le han maltratado y le dejaron sin más oportunidades

Se lo llevó el Español, volvió al Premiá, jugó en el Badalona y al final fue el Real Madrid quien se adelantó al Barcelona. Hoy, Mariano tiene 25 años y es delantero centro del Real Madrid. Varias lesiones consecutivas le han impedido demostrar esta temporada su calidad: «No pudo tener oportunidades porque estuvo lesionado, especialmente una que le tuvo apartado durante un mes, y estoy contento por sus dos goles», manifestó Zidane cuando le cuestionamos por el infortunio del ariete.

Va por Mariana

Sus padres son dominicanos. Nacido en Santo domingo, Su padre, Mariano, Pocholo para los amigos, fue culturista. Su madre, que también se llama Mariana, nació en San Juan de la Maguana. Ayer celebró uno de los días de la madre más felices de su vida, con su hijo convertido en el protagonista del Real Madrid en el Bernabéu, autor de dos goles de ariete puro. Es la definición de Mariano, un delantero centro clásico. Lo que el conjunto blanco ha echado tanto de menos en los partidos decisivos.

Un respeto a esta plantilla

El jugador nacido en Badalona suma seis goles en los 683 minutos jugados, divididos en nada menos que veinte partidos. La mala suerte se cebó con él en este curso que debía ser el de su confirmación, tras su gran campaña en el Olympique de Lyon. La ciática y el sóleo le traicionaron cuando más podía jugar, con Benzema de baja y la Copa en su momento álgido. Solari se encontró sin los dos puntas en una misma etapa. Ahora, la ausencia de Karim le ha otorgado otra gran ocasión. En Chamartín anotó dos dianas y el «nueve» se reivindicó: «No tengo una bola de cristal, pero yo me quiero quedar».

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