Éibar - Real Madrid

Los intocables

La labor de cualquier entrenador es alinear a los que se encuentran en mejor estado de forma

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No son los de Elliot Ness, ni los marginados de la India, sino los que, en el atribulado universo futbolístico, parece que, hagan lo que hagan -es decir, jueguen como jueguen- siempre tienen que estar ahí como el dinosaurio de Augusto Monterroso. Y si a un entrenador, pobre de él, se le ocurre sentarlos o cambiarlos en pleno partido tempranamente, un aluvión de opiniones caerá como el fuego del infierno. Pero esa es la labor de cualquier entrenador. No sentar a los intocables, pero sí alinear a los que se encuentran en mejor estado de forma. Lo demás es silencio. Se trata de algo tan sencillo como determinar quién está y quién no está en forma, tenga la trayectoria que tenga, los títulos y los parabienes pasados.

El fútbol, como esta sociedad líquida (Baumann) que se ha construido tan desquiciada, vive en el presente. El azar venció a la necesidad. Como la gran película de Edgar Neville, el fútbol es La vida en un hilo. Un hilo débil y caprichoso. En plantillas como la del Madrid, a pesar de los errores cometidos, hay jugadores para cualquier momento. Se cuenta que pocos, escasos son los partidos en los que se enfrentan once contra once, aunque sobre el césped haya veintidós. En el Madrid, reciente y pasado, esto se ha visto, o sufrido, más de una vez y de dos. Los nombres que los recuerde el lector, pero saltan a la vista.

Solari ha entrado bien y este sábado, a la hora del aperitivo, qué horas para ver un partido, comienza la reválida. Si se confirma que jugará Lucas Vázquez por la derecha y Bale por la izquierda será otro acierto del argentino. Reválida, también, para Benzema y su estilo guadianesco, de brillar y oscurecer, una intermitencia desesperante para los aficionados. Reválida para Varane, tras el fiasco en el Camp Nou. Duda entre Carvajal y Odriozola, una duda que muchos técnicos desearían encontrarse, dos laterales espléndidos y reválida para Marcelo, el gran hueco de la defensa, el gran atacante por la izquierda. Claro que colocarle a Marcelo a Bale como apoyo cuando ataque el Eíbar da cosa. Y el martes, Roma, já.

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