La Romareda, un campo de espinas

Zaragoza nunca ha sido una plaza fácil para el Real Madrid cuando hay Copa del Rey de por medio. Desde 1962, no gana un encuentro del torneo del K.O. en La Romareda , y allí sufrió el equipo blanco una de las derrotas más dolorosas de este siglo. Fue el 8 de febrero de 2006. En la ida de semifinales, el equipo blanco cayó con estrépito (6-1), con cuatro goles de Diego Milito. En la vuelta estuvo muy cerca de redimirse, pero el 4-0 fue insuficiente para darle la vuelta a la eliminatoria.

«Aquel día me tocó jugar de lateral izquierdo y marcar a Beckham. Fue increíble, un partido que hoy aún se recuerda aquí, pero también es verdad que lo pasamos muy mal en el Bernabéu (4-0), y que luego perdimos la final ante el Espanyol», explica a ABC Alberto Zapater (Ejea de los Caballeros, 13 de junio de 1985), actual capitán del Zaragoza, y presente en aquella locura de eliminatoria de hace catorce años en la que también estuvo Zidane como jugador: «El Zaragoza es club histórico, un equipo muy fuerte que está luchando por subir a Primera y que tiene al entrenador con más partidos en un banquillo. Será una eliminatoria muy complicada».

El líder del equipo maño, inédito esta temporada por una delicada lesión en el tendón rotuliano de su rodilla derecha de la que empieza a ver la luz al final del túnel, será un hincha más esta noche frente al televisor. Su vida desde hace ocho meses está entregada a su salud y no quiere distracciones: «De lunes a viernes no veo a mi mujer y mis dos hijos porque estoy en Barcelona siguiendo un meticuloso proceso de rehabilitación con el doctor Ferran Abat, que sigue el método de Hakan Alfredson , el cirujano sueco que me operó en Londres a finales del pasado octubre».

Zapater se quita cualquier medalla de la meritoria temporada de su Zaragoza, cuarto clasificado, a solo tres puntos del ascenso directo, y con un partido menos: «Tengo un sentimiento de frustración tremendo y los que deben salir en la foto son mis compañeros. Mi mayor virtud fue mi mayor defecto. La pasada temporada forcé demasiado una rodilla que ya tenía bastante mal, incluso infiltrándome, pero había que ayudar a que el equipo no bajara a Segunda B . Ahora, necesito recuperarme y demostrar que puedo volver a ser futbolista».

Su entrega al Zaragoza fue dejarlo en Segunda el pasado curso. Pasa 24 horas al día peleando por no retirarse, y su particular calvario lo suaviza la gran temporada del equipo maño, ahora premiado con una eliminatoria copera a partido único contra el Real Madrid: «Este nuevo formato da vidilla y puede pasar de todo, pero este Real Madrid es un gran equipo. Baja al barro y nunca se desconecta. Fue con todo a Salamanca y hace lo mismo contra nosotros. Será un bonito encuentro porque ambos estamos en un gran momento». Zidane también espera curvas en un torneo que no piensa regalar: «Tendremos que mostrar nuestra mejor versión. ¿Solo tres copas en 30 años? Vamos a intentar cambiar la historia»

A ello puede ayudar que el club maño le da prioridad al duelo del domingo en el Carranza contra el Cádiz, actual líder de Segunda: «Ese es el partido en el que nos va la vida. Ganarles sería dar un golpe en la mesa». Como lo fue en 2004 la final de Copa contra el Real Madrid de los galácticos (3-2), otro precedente de mal recuerdo para los blancos: «Yo estaba en el Juvenil y justo la siguiente temporada ascendí al primer equipo. Recuerdo ver esa final con mis amigos y celebrarlo a lo grande», cuenta Zapater.

Tanto del 6-1 como de esa final ha pasado ya mucho tiempo, y hoy hay una gran diferencia entre ambos clubes, pero esta Copa está llena de sorpresas y el Real Madrid ya sabe que sus visitas a la Romareda suelen ser un camino de espinas.