Real Madrid

El club no le reprende, pero le invita a cerrar la polémica

La dirección deportiva valora su cambio de actitud, su deseo de dirigir al equipo, su implicación, nunca se escondió en el campo, pero ese gesto lo destrozó todo

Tomás González-Martín

La dirección deportiva del Real Madrid analiza que Isco ha recuperado la actitud que Solari le exigía y le perdió ese mal gesto con la grada, consecuencia de la ocasión del gol errada y los silbidos consiguientes. La entidad y el cuerpo técnico valoran que el malagueño dio la cara frente al CSKA de Moscú, quiso liderar el ataque del equipo blanco, lo intentó todo, nunca se escondió (otros sí lo hicieron), no le salieron las cosas como quería y ese suceso ha dejado este cambio de motivación personal en un segundo plano. El club no le reprende públicamente por el incidente, culpa de un calentón, pero le aconseja reflexionar. Sería inteligente pedir perdón y acabar con un litigio que desvía la atención de lo importante: la mejoría que requiere el equipo, comenzando por el entrenador, que ante el CSKA pecó de inexperiencia.

Está claro que Isco se equivocó. Pero quien primero se equivocó fue el técnico al presentar ante el cuadro ruso una alineación totalmente desequilibrada, con jóvenes que nunca habían competido juntos colocados en puestos fundamentales, como es el caso de Vallejo y Javi Sánchez como centrales, más un Marcelo fuera de forma. Ese desajuste provocó un equipo endeble y desorganizado desde sus cimientos en la retaguardia.

Con la clasificación europea decidida, Solari optó por dar minutos a los que nunca juegan y dar descanso a futbolistas veteranos, pero no pensó en el historial del Real Madrid. Si hubiera alineado a Varane en defensa y a Kroos y Modric en el centro del campo habría aportado liderazgo y orden, aunque ninguno se encuentre en la forma ideal. Javi Sánchez o Vallejo habrían rendido mejor al lado de Varane y Carvajal como titulares en la defensa madridista.

En la cúpula de la casa blanca se piensa que Isco quiso tomar ese testigo de mando al lado de dos jóvenes, Llorente y Valverde, pero solo Vinicius respondió en ataque. Su confrontación con los seguidores arrolló todos sus intentos.

Ahora, la situación de Isco es delicada. No es titular y tiene un sector del público en contra. Es desagradable saltar al campo y ser silbado. El club busca la unión con la afición y este conflicto no ayuda. El centrocampista debe mover ficha para eliminar un problema extradeportivo que se añade a los deportivos. Por su propio bien.

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