Fernando R. Lafuente - Grada de preferencia

Las bromas, para la Copa

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Un viejo amigo de la familia comentó en un tiempo ya lejano que cuando preparaba los exámenes de una oposición, pudo ser para notario o registrador de la propiedad, solía dejarse dos temas sin estudiar porque si no la cosa no tenía emoción. Algo así le ocurrió al Madrid el pasado jueves en su enfrentamiento con la Real Sociedad. Salieron a crear emoción al ambiente, y lo lograron. El partido fue mucho más emocionante en sus minutos finales que si hubieran estudiado todos los temas de la oposición y llegaran al minuto setenta y ocho, por ejemplo, con un cómodo dos-cero. No. Había que poner emoción en la grada y vaya si lo pusieron. Ni comparación. Claro que si en vez de jugarse los cuartos de final de la Copa del Rey, competición negada a Zidane por oscuras razones, el partido hubiera sido contra el Manchester City, contra Guardiola y la Champions, el divertimento final no habría tenido ninguna gracia, y Zidane tendría que haberse acogido «a sagrado» tras el pitido final del encuentro. De ahí, que las bromas, los juegos de alineaciones, las bendecidas rotaciones y demás tienen su punto, pero ni un paso más allá. Hasta que llega la desgracia.

La desgracia fue que Marcelo, buen tipo, mostró que no. Isco, que ya había mostrado en el encuentro contra el Atleti que ha dado todo lo que ya puede dar, ni salió: que Valverde sin Casemiro es otro; que Nacho, el siempre cumplidor Nacho, ni está ni se le espera; que James es una sombra de lo que fue; que Brahim o renuncia a las piruetas circenses o su paso por el Madrid tiene los partidos contados; y que Jovic, la estatua de los Balcanes, algún día, alguno, se decidirá a mover un músculo, o dos. Así que esta noche de invierno en Pamplona regreso al orden de la Liga. Nos dejamos de rotaciones, de malabarismos en la alineación, de equilibrios y pájaros en el alambre y juega un equipo titular con todos los que tienen que estar, y las rotaciones con gaseosa. El fútbol no es un wéstern, pero las bromas tienen un precio.

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