Real Madrid

Benzema, el gol de la sabiduría

Máximo artillero del Madrid, cinco tantos, el francés siempre sorprende. Tres de sus aciertos los consiguió en los segundos finales, cuando el rival está cansado, y otro al filo del descanso. Está concentrado los 90 minutos para aprovechar la debilidad del enemigo

Tomás González-Martín

Karin Benzema define perfectamente la capacidad de concentración y la resistencia del veterano que lo ha jugado todo, que lo ha vivido todo, que lo ha ganado todo y que hoy en día rinde todavía mejor que en esa década prodigiosa que germinó con cuatro Champions, tres Ligas, tres Supercopas de Europa, cuatro Mundiales de Clubes y dos Copas del Rey.

El delantero francés juega mejor desde 2018, sencillamente desde que dejó de ser el esclavo futbolístico de Cristiano, al que ayudó de manera incalculable durante nueve temporadas para que alcanzara los 451 goles que el luso ostenta como plumarquistas histórico de la entidad.

El francés marcó así el gol al Liverpool en la final de la Champions 2018, cuando robó un saque del portero; ese acierto define su capacidad de concentración para sorprender

Se marchó Ronaldo y el nueve pasó a ser protagonista del gol. Desde que no tiene ataduras juega mejor porque busca el remate y no depende de otro punta. Y lo bueno es que el francés sale del área , se asocia con otros compañeros en las jugadas y deja huecos para que otros rematen con movimientos tácticos que sacan a los centrales de su sitio natural.

El ariete ha marcado cuatro de sus cinco goles en los últimos segundos de cada tiempo. Tres en los segundos finales y uno al filo del descanso. Solo frente al Inter protagonizó la excepción que confirma la regla, con un tanto al principio del encuentro.

El primer gol de Benzema esta temporada lo consiguió frente al Levante en Villarreal, en el minuto 94. Era el 0-2. El segundo lo logró en Mönchengladbach, en el 86 y fue determinante (2-2 al final). Frente al Huesca, los dos goles de su doblete llegaron en el último suspiro de cada parte. El primero, cuando faltaban unos segundos para el intermedio. El 4-1 definitivo que selló la victoria del Real Madrid ante el conjunto aragonés lo marcó en el minuto 90. Por el contrario, ante el Inter, el quinto y último gol de su serie, lo celebró temprano en el partido. Benzema siempre sorprende.

Su sabiduría y su capacidad de concentración le permiten guardar energía y velocidad para poder decidir en los últimos minutos, porque sabe que es cuando los rivales están más desgastados.

La experiencia es un grado y el francés firma goles con la profesionalidad de los grandes equipos. Está atento los noventa minutos y no se relaja nunca, convencido de su acierto cuando el rival no lo espera, en los últimos minutos. Su gol ante el Liverpool en Kiev, cuando cortó un saque del portero, fue fiel reflejo de esta voluntad por funcionar en todo momento, en cada segundo, sin respiro y sin dar respiro al contrario, concentrado, porque sabe que con la cabeza centrada lo noventa minutos en la victoria es cuando se cazan las debilidades del adversario.

Es un mérito que crece, porque Benzema disputa todos los partidos y prácticamente no descansa. Su regulación para rendir sin descansar es una virtud que pocos futbolistas tienen.

Benzema es, al igual que Ramos, una leyenda en activo del Real Madrid. A sus 32 años rinde mejor que cuando tenía 25. Lo mismo sucede con Sergio Ramos, el primer capitán . El francés lleva 253 tantos en el club y su objetivo es cazar a un mito de la entidad, Carlos Alonso González, Santillana, autor de 290 goles. Por delante solo quedan Di Stéfano, 308, Raúl, 323 y Cristiano, con 451.

Espléndido tanto como artillero que como asistente, Benzema suma también 139 pases de gol en el Real Madrid y estos 253 tantos en 522 encuentros, con un promedio de 0,49, son números que expresan una regularidad en el rendimiento durante once años. Fue muchas veces criticado por vivir precisamente en ese segundo plano, oscurecido por Cristiano, pues el aficionado, en general, no observaba esa labor en favor del astro luso. Hoy es rematador y da pases a los compañeros con la libertad de no estar atado a una sola misión, como sucedía antes. A sus 32 años su «perfomance» es la mejor de su carrera.

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