Real Madrid-Valladolid

Pitos y algunos gritos de «¡fuera, fuera!» en el descanso

Al principio hubo algunos silbidos a Ramos, como epicentro del enfado con el equipo de La Grada Joven, que hizo una huelga de diez minutos sin animar

Tomás González-Martín

La ilusión generada por Vinicius en el madridismo se hizo realidad en el Bernabéu. Cuando la megafonia anunció el nombre del brasileño como suplente, la afición blanca desató miles de aplausos que dejaron claro que su anhelo era ver jugar por fin el joven talento suramericano en el estadio.

Los socios solo han visto jugaron seis minutos al chico en Chamartín, los que disputó frente al Atlético de Madrid en un final que aprovechó para provocar una cartulina amarilla y un peligroso centro que a la postre no encontró rematador.

Los seguidores madridistas señalaron antes del partido que no comprendían la razón por la que Lopetegui no contó más con Vinicius, cuando el equipo no marcaba goles

El espléndido rendimiento de Vinicius en Melilla ha exaltado de manera desorbitada los deseos de los forofos en observar a su futbolista en su campo.

Los aficionados jalearon el nombre de Vinicus y también el de Solari , que se escuchó inmediatamente después del brasileño. Los incondicionales del campeón de Europa son optimistas con ambos. Luego, los resultados marcarán esa esperanza . Solari desea evitar con resultados el fichaje de un nuevo entrenador . Los seguidores emitieron algunos pitos al escuchar el nombre de Sergio Ramos cuando el «speaker» mencionó su nombre. El madridismo centró en el capitán su advertencia al equipo, que propagó la Grada Joven de Animación al no animar durante diez minutos y mostrar una pancarta con este mensaje: «Hay que morir por este escudo en el campo».

Los aficionados expusieron en los prolegómenos que no comprendían la razón del ostracismo de Vinicius con Lopetegui, cuando el Real Madrid no conseguía goles y el delantero costó 45 millones.

Pitos en el intermedio a la espera de Vinicius

La Grada Joven de Animación mostró esa pancarta con este texto: «Hay que morir por este escudo en el campo». Los seguidores se sentaron y no animaron durante eso diez minutos. Un aviso a los futbolistas. Luego volvieron a apoyar.

En el descanso hubo pitos al equipo y algunos gritos de ¡«fuera, fuera!». Se esperaba la entrada de Vinicius e Isco.

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