Real Madrid

120 cumpleaños del Real Madrid: de Bernabéu a Florentino, descendientes de un legado único

ABC habla con familiares de los grandes presidentes de la historia del club blanco en vísperas de su 120 aniversario

Encuesta: Quién ha sido el mejor presidente en la historia del Real Madrid

Florentino, Bernabéu, Lorenzo, Mendoza y De Carlos ABC
Rubén Cañizares

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Tras tres años de obra, y a pocos días de su inauguración oficial, agendada para el 14 de diciembre de 1947 contra el Os Belenenses, Santiago Bernabéu juntó a 200 periodistas para mostrarles en primicia el estadio que estaba a punto de inaugurar. Durante la visita, el presidente blanco y los reporteros se pusieron a saltar en una parte de la grada que aún tenía sacos de cemento. Debajo de la misma se ubicó Luis Alemany , el arquitecto (junto a Muñoz Monasterio) que diseño el Nuevo Chamartín, rebautizado como estadio Santiago Bernabéu en 1955. Una vez terminada la visita, el jefe de obra le comentó a Alemany que se la había jugado, pero este le contestó que si Bernabéu y dos centenares de periodistas echaban abajo la grada, mejor que le pillara debajo. Por suerte, no fue así, y gracias a ese estadio el Real Madrid cimentó la grandeza de su centenaria historia que mañana celebra su 120 cumpleaños.

El campo ideado por Bernabéu fue absoluta genialidad que cambió la historia del Madrid. Hasta la llegada de don Santiago, el Atlético tenía más Ligas en sus vitrinas que el club blanco, pero el guión cambió por completo gracias a Bernabéu, que junto a De Carlos, Mendoza, Lorenzo Sanz y Florentino son los cinco grandes presidentes de la historia del club.

Bernabéu mandó en el Madrid entre 1943 y 1978, ganando 6 copas de Europa y 16 Ligas para el fútbol, y 19 Ligas y 6 Copas de Europa en la sección de baloncesto, pero la grandeza de su legado no estuvo solo sobre el verde. Contra la opinión de la gran mayoría de medios, en especial los catalanes, que le acusaron de idear «una quimera impracticable, propia de un loco y megalómano», Bernabéu levantó un estadio que multiplicaba por seis su capacidad. Lo hizo gracias a la ayuda de Rafael Salgado , el director del Banco Mercantil, que le ofreció financiar la obra con la emisión de bonos para los socios, a 20 años, respondiendo con su propio patrimonio. El día de su puesta en marcha, una hora antes de la apertura de la entidad financiera, la cola iba desde la Gran Vía, sede del Banco Mercantil, hasta la Plaza de Cibeles. En 24 horas los socios respaldaron a Bernabéu, que esa mañana, temprano, se escondió en una esquina cercana al banco, tras pasar la noche en vela por la incertidumbre de si le respondería o no la masa social. «Era un visionario. Él tenía claro que cuando más grande fuera el estadio más dinero ganaría por la venta de entradas, la principal fuente de ingresos de entonces, y mejores jugadores ficharía. Todo esto hoy parece muy básico, pero hay que irse a los años cincuenta. El único que confió en él fue Rafael Salgado, y por eso la calle del fondo norte lleva su nombre», explica a ABC Íñigo de Carlos , nieto de Luis de Carlos, antes que presidente, tesorero de Bernabéu desde 1962 a 1978.

Entre ambos hubo una amistad profunda que les mantuvo unidos hasta los últimos días de vida de don Santiago, que decidió pasarlos en Santa Pola, donde veraneaba y disfrutaba con una humilde barca con la que salía al mar acompañado de su mujer y de sus íntimos amigos, como De Carlos: «Mi abuelo le decía que ya estaban viejos para eso y que quizás algún día no volverían (risas)... qué maravillosas batallitas se debían contar en esa barca».

Bernabéu tenía mucha personalidad. Junto a France Football creo la Copa de Europa, pese a la amenaza de Franco, que no estaba de acuerdo con el torneo: «Bernabéu le dijo que cuando regresara de París le detuviera en la frontera. Le plantó cara muchas veces», recuerda Íñigo. Su humildad y bajo perfil eran otras de sus señas. A los jugadores les tenía prohibido comprarse coches de lujo. En la celebración de la Quinta en Glasgow, en 1960, para muchos el mejor partido de fútbol de la historia (7-3 al Eintracht de Frankfurt), los jugadores quisieron pegarse una buena fiesta. Bernabéu solo les permitió tomar un zumo de naranja y unas galletas en el hall del hotel. Y, como estos, otros muchos ejemplos.

De sus 35 años como presidente, solo un lunar: la abrupta salida de Di Stéfano en 1964 tras perder la final de la Copa de Europa ante el Inter. Ahí Miguel Muñoz le pidió a don Santiago la marcha de Alfredo, pero según detalla Íñigo hubo un motivo mayor para no renovarle el contrato: «Él tenía un problema serio de cervicales y tras varias consultas médicas, un galeno francés envió una carta con malos resultados y un diagnóstico que decía que si Di Stéfano seguía jugando al fútbol probablemente se iba a quedar parapléjico. Bernabéu dijo que él no quería tener eso en su conciencia, y por eso se marchó al Espanyol donde se retiró tras dos años en el club perico».

El señorío de Luis de Carlos

Luis de Carlos fue el sucesor de Bernabéu, fallecido el 2 de junio de 1978. Presidió el club desde ese año hasta 1985, pero no era ese su deseo. Raimundo Saporta debía ser su sustituto, pero dio un paso al lado: «Ser presidente tras Santiago Bernabéu no era nada fácil, pero antes de morir convenció a mi abuelo para ocupar su lugar y devolver al Madrid a la cima de Europa», explica Íñigo, que además de nieto es el creador de 'La Leyenda Blanca ' la docuserie sobre la historia del Madrid que estos días hace furor en Prime Video.

De Carlos cumplió su palabra. Tras la UEFA de 1985, con la incipiente Quinta de Buitre ya en el primer equipo, no se presentó a las elecciones. Entonces, la UEFA era un torneo que jugaban los segundos, terceros y cuartos clasificados de las respectivas ligas, y ganarla era un éxito gigante. La celebración, con De Carlos manteado por los jugadores, fue el epílogo más bonito para un presidente señor, de intachables valores, que incluso llegó a mediar entre el Gobierno y la Generalitat: «Adolfo Suárez le pidió ayuda a mi abuelo para cerrar la tensión política con Cataluña, entonces presidida por Josep Tarradellas. Antes de un clásico, le dijo que hablara con Núñez y se hicieran todos una foto juntos. Mi abuelo incluso le envió un ramo de flores a la mujer de Núñez, que también colaboró en todo aquello». Suárez tenía sintonía con De Carlos , y era habitual entre ellos el buen rollo: «En alguna ocasión, Suárez le dijo medio en broma que la gente le saludaba y le conocía más a él. Mi abuelo le contestó que era algo normal porque ser presidente del Madrid era más importante que ser presidente del Gobierno... y no le faltaba razón».

De Carlos recibió críticas por perder la final de la Copa de Europa en 1981, la Recopa en 1983, y por quedar subcampeón en 1982 en las cinco competiciones que jugó el Madrid. Palos injustos. Con él se ganaron dos Copas de Europa más de baloncesto, y se logró un hito nunca visto en la historia del fútbol ni de ningún otro deporte. Una final entre el Madrid y su filial. Fue en la Copa del Rey de 1980: «Ahí estaba la semilla de la Quinta del Buitre , pero mi abuelo, además, fue el primer presidente en incluir publicidad en las camisetas, en pelear los repartos de las quinielas para los clubes, en inaugurar videomarcadores en el estadio, y lo remodeló para el Mundial 82. También bajo su mandato vino el Papa al Bernabéu y se celebro un macroconcierto de Julio Iglesias, algo que en aquella época no era tan habitual como hoy. Y creo el trofeo Santiago Bernabéu, que se ha jugado en 38 ediciones».

Su nobleza también quedó grabada en Camacho. De joven, una grave lesión le tuvo 20 meses sin jugar al fútbol. Visto el panorama, el propio jugador le pidió la baja a De Carlos para no hacer bulto ni cobrar sin poder jugar. El presidente se negó a su petición: «Le renovó dos años y puso los mejores médicos a su disposición», desvela Íñigo.

Mendoza, un presidente auténtico

Tras De Carlos llegó Ramón Mendoza, uno de los dirigentes más carismáticos y peculiares: «El día de mi primera comunión casi se cae la Iglesia cuando entró mi abuelo. Fui la envidia de todos mis amigos», recuerda Nicolás Bergareche, hijo Santiago Bergareche y Rosario Mendoza, la segunda hija del expresidente. Ramón coincidió en el tiempo con Jesús Gil y José Luis Núñez , presidentes de Atlético y Barça: «Eran presidencias especiales, de fuegos artificiales. Se metían en mil charcos, eran muy auténticos y daban mucho juego. Mi abuelo dio hasta entrevistas en bañador».

La vida de Mendoza no fue sencilla. Su madre murió en el parto, y su padre tuvo que marcharse a pelear en la Guerra Civil. Antes de irse le cosió un dobladillo en el pantalón y le metió 10.000 pesetas: «Solo tenía 9 años y lo dejó durante más de un año a cargo del portero del edificio donde vivían. Mi abuelo me contaba que cada vez que jugaba al fútbol con los amigos se tocaba constantemente el dobladillo para asegurarse que el dinero seguía ahí. Era lo único que tenía».

Con Mendoza se ganaron cinco ligas consecutivas, hecho insólito y nunca repetido por ningún equipo. En su presidencia, cuidó, arropó e impulso a la Quinta del Buitre , una de las mejores generaciones del club. En en lado no tan bonito, la Copa de Europa: «Se quedó con esa espina. Le dio mucha rabia no ganarla».

Su relación con el Madrid comenzó ya en la época de Bernabéu, con la cuadra de caballos de pura sangre que gestionaba, a la vez que llevaba los negocios de Armani en España: «Fue una persona hecha a sí mismo, más chulo que un ocho, inteligente, hábil en las relaciones, y que dejaba huella. Soñaba a lo grande y cumplía sus sueños». A Mendoza le tocó pagar la novatada del fenómeno ultra, que nació bajo su presidencia: «No era fácil definir cómo relacionarse con ellos, porque por un lado son la parte de la hinchada más entregada, y mi abuelo se acercó y no les señaló como proscritos, más bien al contrario, y por otro lado esa gente, visto con la perspectiva del tiempo, promueve violencia verbal y física. En esa época no estaba claro como gestionar ese asunto».

En febrero de 1995, ocho meses antes de su dimisión, le ganó un famoso y duro debate a Florentino, retransmitido por Telemadrid. Su estrategia de palo y zanahoria ante Pérez le funcionó. Durante el cara a cara, le atizaba. En los descansos publicitarios, se acercaba a él y le pedía un cigarro para calmar los ánimos. Cuando murió en abril de 2001, tras sufrir un infarto en Bahamas, donde estaba de vacaciones, Florentino ayudó en el proceso de repatriación del cuerpo: «A pesar de la rivalidad que hubo, siempre mantuvieron una relación de cordialidad, simpatía y cariño».

Lorenzo Sanz, el artífice de la Séptima

Lorenzo Sanz, ya directivo con Mendoza, le relevó en el cargo. Bajo su mandato, el Madrid conquistó la tan ansiada Séptima. 32 años después volvía a ser campeón de Europa . La primera en color: «Ese fue su gran legado», recuerda Fernando Sanz, uno de sus cinco hijos. Lorenzo inició la modernización del club que, luego, Florentino ha continuado y mejorado: «En su mandato creó y presidió el G-14. Montó la web y la televisión del club. También ganó la Octava y la Intecontinental, tras 38 años sin hacerlo. Tuvo el olfato de poner entrenadores que no querían ser entrenadores, como Vicente del Bosque. Las bases del Madrid de Florentino las puso mi padre»

Lorenzo avaló con dinero propio algunos de sus grandes fichajes, como el de Redondo: «Lo de los galácticos ya lo comenzó mi padre. Roberto Carlos, Seedorf, Mijatovic, Suker, Panucc i , Illgner... se ficharon a los mejores de aquella época». En el año 2000, Florentino le ganó las elecciones y pasó por un mala época que su hijo le ayudó a superar: «Entró en bucle y le aconsejé que disfrutara de su figura de expresidente porque sino su imagen iba a ser muy parecida a la que se tiene de Calderón, la de un presidente resentido que siempre habla mal de Florentino. Y mi padre no era así. Por suerte me hizo caso. Lo que me da pena es que tardara tiempo en darse cuenta. Tras su cambio, Florentino siempre estuvo pendiente de él y se tuvieron mucho respeto. Al menos se fue sabiendo que era muy querido».

Florentino, el mejor heredero de Bernabéu

Desde el año 2000, con el paréntesis conocido entre 2006 y 2009, es Florentino quién preside el Real Madrid . Con él, el club ha entrado en una nueva dimensión deportiva y económica. No iba mal encaminado Butragueño cuando pronunció aquello de que Pérez es un «ser superior». Con él al mando, el Madrid logró sanear sus cuentas, magulladas seriamente en la época de Mendoza, y hoy presume de facturar más de 800 millones de euros anuales, cifra que aumentará considerablemente con la puesta en marcha del nuevo Santiago Bernabéu, la faraónica obra sobre la que pivotará el Real Madrid durante las décadas venideras.

Florentino, marcado en su infancia por el Madrid de Santiago Bernabéu, sigue las líneas maestras de don Santiago adaptadas a los tiempo de hoy. Con él se han fichado a los mejores jugadores del mundo. Figo, Zidane, Ronaldo, Beckham, Sergio Ramos, Cristiano, Benzema, Modric... y los que están por venir, Mbappé o Haaland, verbigracias. El resultado deportivo está ahí: cinco Champions, cinco Ligas y cinco Mundiales de clubes, entre otros muchos títulos. En baloncesto, dos Copas de Europa más.

La construcción de la Ciudad Deportiva de Valdebebas , uno de los centros de entrenamiento más modernos y avanzados del mundo, y la recuperación y el reconocimiento de las mayores figuras de la historia del club, como Di Stéfano, son otras dos de sus grandes medidas como presidente. Además, un extenso historial de intangibles que han convertido al Madrid en el club deportivo más seguido y con mayor repercusión del planeta.

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