Moto2

La última entrevista de Salom

El «39» compartió el jueves con ABC en Montmeló sus anhelos y proyectos en el Mundial de motociclismo

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Sonreía y bromeaba con sus mecánicos en el garaje del Gran Premio de Cataluña. Luis Salom quería que este fin de semana todo fuera perfecto: la moto, el ambiente, el resultado de la carrera. El dorsal 39 quería gustar a los suyos, a los que siempre notaba cerca y apoyándolo en uno de sus circuitos favoritos. Era su principal objetivo, y se lo contaba a ABC este mismo jueves, en una entrevista que debía publicarse hoy pero que ha quedado muda por culpa de la fatalidad.

«Quiero explotar aquí. Nos hace falta tanto al equipo como a mí, y ante mi gente, los aficionados españoles, y en el circuito que más me gusta», contaba Salom sentado en la butaca negra desde donde estudiaba la estrategia con sus compañeros.

Frente a él, el cajetín donde descansaban sus guantes rosas y su casco. Se había recuperado de los problemas físicos que arrastraba desde Francia: una perforación en el tímpano que le había causado problemas de equilibrio, y también había dejado de tomar los antibióticos con los que había competido en Mugello. Se encontraba en plena forma. Tenía ganas de demostrar que estaba listo para regresar a esos momentos de podio que disfrutó en Qatar.

Sus ojos, oscuros y despiertos, saltaban de la entrevistadora a las pantallas donde se proyectaban carreras de otros años. Salom no dejaba de aprender. Ir paso a paso para ser cada vez más grande. «Hay muchas metas en la vida de un piloto. La mía, ahora, es la de ser campeón de Moto2. Claro que piensas en el futuro, pero no me obsesiona estar en MotoGP tal año o tal otro. Quiero ser el mejor primero aquí», admitía confiado.

Por eso, le gustaba que en Moto3 este año hubiera más variedad en el podio. «Es que lo que ocurrió en 2013 era extraordinario: o ganaba Álex Rins o Maverick Viñales o se colaba Álex Márquez o ganaba yo. Nos tenía que pasar algo para que no ganara un español. Es bonito ver los pilotajes de un francés, de inglés, de otros lugares del mundo. Puedes aprender cosas que puedes añadir a tu propio trabajo».

De sus palabras y de sus gestos se desprendía la ilusión por recuperar esos buenos momentos que disfrutó en Moto3, con su subcampeonato en 2012 y su tercer puesto en 2013. «Con diferencia mi mejor recuerdo en Montmeló es de ese año. “Pole”, victoria, récord de la pista... todo perfecto. El año pasado me fue bien, pero me faltó un poquito para estar en el podio. Espero demostrar que vuelvo a estar a ese gran nivel este fin de semana».

Se tomaba muy en serio su trabajo, era consciente de que estar en un Mundial no podía despreocuparse de la dieta o de la preparación física. Pero no le suponía ningún problema. «A mí, todo lo que sea moto... Es lo que más me gusta. Puedo estar todo el día haciendo fotos o pensando en preparar la moto. No suelo desconectar nunca. No lo necesito. Tengo que dar gracias a Dios porque estoy donde quiero. No puedo pedir más. Esto es un sacrificio, sí, pero uno muy agradable», concluía antes de volver a su moto, a pensar en ser campeón.

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