Tokio 2020

Maribel Pérez: «Quiero competir dejándome hasta la última gota de sudor»

La atleta sevillana, vigente campeona de España al aire libre, es la primera velocista andaluza en competir en los 100 metros lisos en unos Juegos

Maribel Pérez, a la derecha, en el reciente Campeonato de España de Getafe EFE

Sergio A. Ávila

La chiquilla de diez años que en Jerez le ganaba corriendo a los niños de su edad ya está en unos Juegos. Hay bonitos sueños que la vida concede si se trabaja a destajo, con fe y absoluta convicción por ellos. La sevillana Maribel Pérez , la atleta más rápida de España (11.29 en el último Nacional al aire libre), ha hecho lo que muy pocas velocistas del hectómetro en la historia del atletismo nacional: clasificarse para unos Juegos Olímpicos , guinda perfecta para un 2021 que ni soñado, con plusmarcas en los 60 y en el 100. Lleva ya unos días en Tokio, pero cuando atendió la llamada de este periódico, poquito antes de partir, aún no había asimilado lo conseguido. « Pocas veces una atleta española ha estado en unos Juegos en una prueba de 100 metros, la velocidad pura . No soy consciente del alcance de lo que he hecho todavía. Cuando esté allí, corra, termine la temporada, lleguen las vacaciones y lo vea ya todo lejano, quizá me dé cuenta de lo que he logrado. Cuando me pongo a pensarlo... es algo brutal », señala, casi como meditando en voz alta, todo felicidad.

«De lo que más ganas tengo es de correr allí, en el Estadio Olímpico , con rivales que son figuras míticas de la velocidad femenina y con las que llevo soñando años ver. Y estar en ese estadio, aunque no haya público, saber que mi tío estuvo allí hace treinta años , donde también corrió... Tengo muchas ganas de correr las eliminatorias del día 30 y, por qué no, ver si tenemos suerte y pasamos a las semis », dice emocionada esta mujer que no pierde nunca la sonrisa.

Maribel lleva la velocidad en los genes. Y la competitividad. Su tío y entrenador, Luis Rodríguez, fue un reconocido corredor sevillano de 60, 100 y 200 metros que alcanzó la internacionalidad. Con él forma un equipo perfecto. «Él lleva unos días pletórico. Cuando está contento, se pone a canturrear y no para. Está como flotando, muy feliz , nunca lo había visto así». Está justificada esa felicidad. El billete para Tokio era la recompensa a muchas horas invertidas de trabajo y dedicación: « Hemos pasado meses de mucha tensión y agobio por nosotros mismos , sabiendo que el sueño olímpico estaba a un pasito. Han sido muchas carreras, muchos puntos, el sistema de clasificación ha sido muy complicado, y ha sido tanto el estrés de los viajes, los kilómetros y las cuentas que hemos hecho, de puntos arriba y puntos abajo, pendientes también de si tal corredora competía aquí o allá, que al final esto ha sido como una liberación », se sincera Pérez.

Ha batallado mucho por este hito y no piensa desperdiciarlo, pero se está mentalizando para que su autoexigencia no la bloquee. Éste el mejor consejo que le han dado de todos los que ha recibido en las últimas semanas: «Que disfrute la experiencia, porque ésta es la recompensa a muchos años de trabajo y el tiempo pasa volando . Con esto me quedo. Luego llegas allí y la competitividad te puede cegar porque lo único que quieres es marca, marca, y pensar en las semifinales, porque somos muy ambiciosos. No me quiero cegar con eso y me lo repito mucho: 'Maribel, disfruta de este regalazo que te has ganado'».

Promete «dar guerra»

Desea que en Tokio reluzca su mejor versión: «Quiero que salga la Maribel competitiva y luchadora. Irme de allí satisfecha por haber hecho todo el trabajo posible habiendo sido rival para mis compañeras. Eso quiero. Competir y dejarme hasta la última gota de sudor en la pista. Que no me quede la espinita del y si esto o y si lo otro ... No. Competitividad. Quiero dar guerra», proclama la velocista. Ha hecho ya, con 28 años, cosas muy importantes sobre el tartán, pero está acostumbrada a que sus méritos se reconozcan tarde, a picar piedra sin reconocimiento. «Conmigo nunca se ha contado. A mí no se me espera, por más que lo demuestre . Es algo a lo que ya estoy acostumbrada», dice, asumiéndolo con naturalidad, sin que le afecte anímicamente en absoluto. Porque ella sólo necesita el cariño y la admiración de quienes la quieren. «Mientras que estén conmigo los que me conocen (familia, amigos, compañeros con los que compito), con eso me vale», razona la sevillana, para quien «es mejor trabajar callaíta » porque «se hace con menos presión».

El 2021 sólo le ha reportado alegrías. «En el ranking del 60 nos hemos colocado terceras y en el 100, por detrás de Sandra Myers. La pandemia me ha servido para salir un poquito más fuerte a nivel mental, para darme cuenta de lo que tengo y lo que quiero». Su favorita para el oro es la jamaicana Fraser-Pryce , «que hace poquito ha sido mamá, tiene mucha experiencia y sabe lo que es ganar en Juegos y Campeonatos del Mundo». Es una de esas atletas con las que Maribel Pérez siempre quiso medirse y no hay mejor escenario para ello que una cita olímpica. «Mi padre siempre me lo dice, que las pruebas reinas son el 100 y 1.500, las que todo el mundo está loco por ver. El mayor minuto de silencio se produce en la final del 100 y estar ahí... es brutal. Se me ponen los vellos de punta ».

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