Tokio 2020
Carolina Robles y el sueño perseguido durante 22 años
La atleta de Dos Hermanas se clasificó para los Juegos vía World Ranking y se planta en Tokio deseosa de medir su nivel con las mejores del mundo de los 3.000 obstáculos
Carolina Robles es todo corazón, una luchadora innata. A la adversidad le ha aplicado siempre la piqueta de la superación personal. Habla con un poso de felicidad serena, como si hubiera atracado en buen puerto tras una tormenta. Ahora está en Tokio, viviendo posiblemente los días más felices de su carrera atlética, pero para llegar hasta ahí, esta nazarena de Montequinto ha recorrido miles de kilómetros, desgastado una ristra de zapatillas, se ha testado en varias distancias y, sobre todo, ha aprendido el valor que encierra cada pequeño triunfo . Y éste, estar en unos Juegos, es gigante para Carolina.
« El sueño que siempre he buscado », resume nada más iniciar la conversación con ABC de Sevilla , que se produjo días antes de su partida hasta Japón, dejando ya el primer titular. «Empecé a hacer atletismo con siete años por una amiga. Y en cuanto entré y supe de los Juegos Olímpicos, no me perdía ni unos. Cada cuatro años estaba atenta a la tele para ver todos los deportes . Porque me gustan todos. Pero el atletismo me llenó muchísimo en cuanto probé. Y estar aquí, en unos Juegos, era un sueño que al fin ha llegado. Es un premio muy grande, muy bonito «, comenta con ese punto de emoción que sólo produce aquello que ha costado de verdad mucho sacrificio conseguir.
La vida no se lo ha puesto fácil, pero asegura que todo el esfuerzo ha merecido la pena. «Sin duda», responde de inmediato. «Y mire que he tenido muchas, pero muchas, muchas, más de las que alguien pueda imaginar. Y ya no sólo a nivel deportivo, sino personal, muchísimas complicaciones a lo largo de toda mi vida . Y lesiones, tantas, que muchas veces me llegaron a decir que sería la última porque detrás de ella habría quizá una operación o una lesión crónica. El otro día me preguntaron por Instagram que si había merecido la pena tanto esfuerzo. Por supuesto. Si tuviera que tomar la decisión de hacer de nuevo este camino para vivir esto, la tomaría, sin duda«.
En los 3.000 obstáculos ha encontrado la prueba que ha redimensionado su carrera. La rampa de lanzamiento hacia los Juegos. « Siempre me gustó mucho el mil quinientos . Soy como una mediofondista frustrada porque me habría encantado tener mis mejores rendimientos en esa prueba, pero no veía que pudiera progresar tanto como para llegar a ser olímpica. Y cuando di el paso al tres mil, hice récord de Andalucía y me dije, pues mira, tengo que concentrarme en esta prueba«. Y desde hace cinco años está con ella, aunque no descarta cambiar a distancias mayores... incluida el maratón. » Espero que en París vuelva a pelear por estar en el tres mil , pero para 2028 no sé si habré dado el salto o seguiré ahí...« ¿Para 2028? »Siempre he pensado en el largo plazo porque, si por mí fuera, jamás dejaría de hacer atletismo . Me gusta correr, proponerme objetivos a largo plazo y, sí, me veo llegando a 2028«.
Antonio Serrano , su entrenador, fue maratoniano, así que no le cierra la puerta «a nada». Tampoco a la distancia de Filípides, que nunca ha corrido. «No sé dónde será la primera vez. Me encantaría que fuera en Sevilla, mi tierra , porque tiene buenas condiciones y se hace en buenas fechas, pero el destino ya me dirá, a ver...«
En el Estadio Olímpicos de Tokio, con 29 años, se estrenará como internacional absoluta. «Quiero mejorar mi mejor versión . Y ya que estoy en un gran evento como éste, me gustaría al menos mejorar una posición. Si llego siendo la 36 del mundo, me encantaría regresar como la 35. Y ya no le digo meterme en la final. Voy a luchar por ganarles a todas las que pueda «, dice Robles, que sufrió una pequeña rotura en la fascia plantar del pie derecho en abril, acortó los plazos de su recuperación y ello la obligó a un mes de junio muy estresante, de muchas carreras y horas sin dormir... haciendo más números que un matemático a cuentas del World Ranking . «Ha sido increíble. Me metí un tute muy bueno, la verdad. Gracias a que me he entrenado bien he sido capaz de soportar eso y la fascia ha respondido muy bien. Mentalmente estaba tan concentrada en los Juegos que me llegan a poner una carrera más y también la habría hecho«.
La lista de la competencia
El World Ranking , la vía de acceso por puestos a Tokio para quien no lograra la mínima, ha sido esta lista llena de esperanzas con la que muchos atletas se despertaban y se iban a dormir. La tenían memorizada. «El día del Campeonato de España salí a comer fuera, y en la misma bolsa donde me trajeron la comida empecé a anotar todos los nombres: en qué posición estaban, qué marcas tenían... Quemamos literalmente ese papel cuando se hizo oficial que iba a los Juegos Olímpicos. Pero fue así, muy rústico, ese papel me acompañaba a todos lados . Cada vez que veía que un rival ya no me podía pasar, lo tachaba, y así estaba todo el tiempo«, rememora la nazarena.
De Tokio quiere marcharse satisfecha tras disfrutar... y sufrir. Así lo explica. «Claro que me encantaría disfrutar de la experiencia, pero me gustaría más sufrir , porque si me vengo a Sevilla sabiendo que he tenido la oportunidad de mi vida y que, habiendo disfrutado, no he dado lo mejor de mí misma, no me vendría contenta. El disfrute estará en la villa, en el momento de llegar al estadio y calentar , pero cuando me plante en la línea de salida estaré concentrada al cien por cien en que tengo que sufrir porque, si no, puede que me arrepienta, y creo que eso sería totalmente negativo. Sufriré en carrera y disfrutaré después «, concluye Carolina, que se ha quedado muy cerquita de hacer la mínima, los famosos nueve minutos y treinta segundos. »Los entrenamientos indican que puedo estar incluso por debajo de 9.20, pero claro, allí las condiciones van a ser adversas. A las 9.30 de la mañana tu cuerpo no está activo todavía , luego está la humedad, el viaje de un día hasta llegar allí... Espero adaptarme bien, venirme por debajo del 9.30 y tener la mínima para el Mundial del año que viene . Ahora mismo me siento en muy buena forma«, confiesa.
La quinteña tiene en su quiniela particular una favorita para el oro. «Hay varias keniatas que pueden dar la cara, pero la estadounidense Emma Coburn fue vencedora del Mundial y me da muy buena vibración. La he visto muy bien, en el mejor momento de forma de su vida. Ha estado haciendo concentraciones en altitud, intentando aclimatarse al calor. Y me parece la candidata perfecta para el oro, pero ésta es una prueba distinta, porque te puedes caer en la ría, pinchar... muchas cosas. Pero Coburn es supercompleta y tengo la impresión de que lo tiene todo muy controlado«, analiza.
A Tokio se ha llevado Robles el equipaje cargado de ilusión, motivación, ambición, buenos deseos y, por supuesto, consejos. Ha recibido muchos, pero el más bonito se lo dio su madre. « Que sea yo misma, que haga lo que siempre he hecho . Muchas veces nos olvidamos de nosotros mismos y nos centramos en el mañana, en ese momento que aún no ha llegado. Y si te centras en ti, en la persona que sabes que eres, lo que te gustaría hacer al final sale solo. Este año he disfrutado de cada entrenamiento y cada competición , lo cual se nota en la forma de correr y en los resultados«, destaca la sevillana, que al atletismo le ha dedicado 22 años de pasión desbordada y también un importante esfuerzo económico: »Llevo un año de mucho gasto en materiales y concentraciones, así como mucho tiempo sin ver a la familia. Este año lo he apostado un poquito más al atletismo. No tengo esponsors ni patrocinios, sólo lo que me paga mi club por los resultados que haga. Si no los hago, no tengo ingresos. Me pago mi fisio, mis materiales, mis zapatillas, mis viajes. Pero lo que sea por un sueño . Siempre he dicho que esto no lo hago por dinero. No hago atletismo para ser profesional y poder vivir de ello, sino porque me gusta conseguir mis sueños y a eso es a lo que voy«.
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