Nadal y López
Nadal y López - EFE

Río 2016 | TenisNadal y López, una dupla de confianza

Los españoles vencen a Marach y Peya y se plantan en semifinales (6-3 y 6-1) en una hora y cuarto

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Levantó el ánimo de la afición española al ganar su partido ante Andreas Seppi. El único representante que lo consiguió de los cuatro que lo intentaron. Y Rafa Nadal aún tuvo fuerzas de sumar otra alegría para la delegación. Aliado con un Marc López que ya había dicho el día de la previa que llevaría el peso del encuentro si hacía falta, quería que su compañero llegara lo más lejos posible en el cuadro individual. Pero este Nadal está lanzado. Regaló sonrisas y buen humor en su encuentro individual y ofreció grandes puntos en el de dobles. La pareja estaba contenta y se notó en la pista.

Compenetrada hasta en los errores, la pareja se mostró mucho más asentada que en el partido ante Del Potro y González.

Se cruzó cuando tocaba, comprendió las necesidades del otro y aligeró la carga en cada lado de la pista. Y apoyados en la grada por varias banderas españolas, los golpes todavía entraron con más confianza. López demostró su arte en la red, la raqueta volaba delante de él para evitar el pelotazo y para devolver los derechazos de Peya donde no llegaban ninguno de los austriacos. Nadal, más entonado que en el estreno, repartió golpes ganadores con una derecha que no deja lugar a dudas, lo quiere todo.

Enseguida descubrieron los españoles que sus rivales tenía pegada pero no muchos más recursos. Los hicieron moverse por la pista, jugando al despiste con sus propios cruces en la red y lograron un break que les permitió jugar a placer. Poco a poco, hasta su sola presencia en la red suponía presión para los austriacos, que cedieron terreno hasta darse por vencidos en el primer set. Muestra de lo fino y el hambre de Nadal en Río 2016: un saque directo de segundo servicio dio a España el primer parcial.

La tónica positiva continuó en el segundo set. Siempre saltando, López obligaba con sus derechas a retroceder a Peya y Marach. Nadal, siempre atento, enviaba la pelota al hueco que se inventaba. Hasta la cinta les sonrió en varias ocasiones. Volaban por la pista y jugaron con los rivales a placer. Los austriacos se dejaron llevar, nada que hacer cuando alguien está de dulce, y en este caso fueron los dos: Nadal y López, López y Nadal. El balear, eufórico, celebraba cada punto como si fuera un título. Está disfrutando en estos Juegos y el catalán con él, animándose el uno al otro porque ya están más cerca del podio. A un solo partido. Al que los enfrentará con los canadienses Vasek Pospisil y Daniel Nestor.

Ver los comentarios