Gustavo Kuerten fue uno de los últimos relevistas en llevar la antorcha olímpica. El tenista, un ídolo en Brasil y que tiene la simpatía de toda la población, mantuvo el fuego antes del encendido del pebetero en el estadio de Maracaná. Y lo hizo entrando en el recinto empapado en lágrimas, muy emocionado.
Kuerten fue olímpico en los Juegos de Sidney y en los de Atenas, pero nunca subió al podio. Sin embargo, logró tres títulos de Roland Garros y fue número uno durante 43 semanas. Sumó 20 trofeos en su carrera.
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