Sevilla se prepara para albergar su tercera final europea a nivel de clubes

Ignacio Liaño Bernal

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10/05/2022
Actualizado a las 17:17h.

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Sevilla vuelve a sonar con fuerza por toda Europa gracias al altavoz que ofrece el fútbol internacional, que cuenta por todas las esquinas que la capital andaluza está a punto de darle su sitio al partido de los partidos de la Europa League 2021-22 que disputarán el Eintracht de Frankfurt, de Alemania, y el Rangers, procedente de Escocia, en un encuentro que tendrá lugar el miércoles 18 de mayo en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán a partir de las 21.00.

Será la casa de todos los sevillistas la que dirima la suerte definitiva en la presente edición de la competición continental, después de que el propio Sevilla se haya encargado de firmar con letras de oro hasta seis campeonatos en una hazaña sin par. Ningún club ha conseguido asomarse siquiera a la gesta del Sevilla -tres llevan Inter, Juventus, Liverpool y Atlético de Madrid-, que supone levantar seis títulos y seguir siendo protagonista de una competición por más que en 2009 se cambiara el nombramiento de la mítica UEFA al actual formato de la Europa League.

La competición sigue siendo la misma dentro de una ciudad que aprende de sus errores y trata de prolongar el camino de sus aciertos. El añorado Javier Imbroda se encargó personalmente junto a un equipo de profesionales de la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía de revitalizar uno de los grandes pulmones deportivos de toda España oxidado por el tiempo de sus sueños olímpicos como es el estadio de la Cartuja , que en apenas tres años ha logrado ser sede de la Eurocopa, cobijo para finales de la Copa del Rey o de la Supercopa, y casa de frecuente alquiler para la selección española de fútbol en varias de sus categorías, además de una pieza arquitectónica más que codiciada para el Mundial de 2030 para el que la Federación Española ha prometido sitio en suelo sevillano en caso de que la candidatura de España acabe saliendo adelante.

Pero ahora es Nervión la que vuelve a hacer levitar la pasión de toda una competición para dos clubes que están claramente marcados por sus proyecciones a nivel continental esta temporada, como son el Eintracht, duodécimo en la Bundesliga, y el Rangers, segundo clasificado en la liga escocesa. Ya lo fue entonces en la final de la Copa de Europa que tuvo lugar en 1986, cuando se estrenó el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán en materia de designaciones de finales europeas a nivel de clubes con un representante español. Acabó siendo de grato recuerdo para los seguidores del Steaua, que sorprendió al Barcelona de Terry Venables -Marcos Alonso, Bernd Schuster, Alexanko, Migueli-, en una tanda de penaltis que convirtió a Helmuth Duckadam , portero rumano del conjunto de Bucarest, en una leyenda del fútbol internacional.

Pasó a la historia también la final de clubes de la UEFA que se jugó en el estadio de la Cartuja en 2003 entre el Oporto que catapultó la carrera profesional de José Mourinho y el Celtic de Glasgow . El delantero sueco Henrik Larsson abrió la veda para el cuadro escocés y luego igualó las dianas lusas de Derlei y Alenichev en 20 minutos apasionantes de mucho fútbol en Sevilla. Llegado el tiempo de prórroga, y todavía con la validez del gol de plata que llevaba a la gloria al que club lo marcaba y a la gran tristeza al que lo recibía, volvía a ser Derlei el encargado de llevar a Portugal la última final sevillana de clubes de la UEFA.

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