Por mis valores
Se acabó la seriedad federativa. ¿Hubiera actuado así el nefando Villar?
«Los valores de la Federación los pone la Federación» y «las formas son importantes». Estas son las dos justificaciones que ha dado Rubiales para convertir a España en noticia mundial echando a Lopetegui en vísperas del Mundial. Se acabó la seriedad federativa. ¿Hubiera actuado así el nefando Villar? Al final, cualquier Antiguo Régimen se acaba mirando con algo de nostalgia. Rubiales ha dado la impresión de ímpetu y escasa reflexión continuando la corriente de extraña indignación que se apoderó de la prensa especializada ayer.
¿Era el fichaje de Lopetegui por el Madrid tan mala noticia? Convendremos en que podía distraer, y en que era contradictorio con el ambiente de alejamiento del mundo que el propio Lopetegui imponía a la Selección, pero comenzar a trabajar con el Madrid la próxima temporada era perfectamente compatible con hacer su labor en el Mundial. La única condición era creer en la buena fe y en la profesionalidad de Lopetegui. No era pedir tanto.
Si lo que molestaba eran las formas, estamos hablando de una cuestión formal y una cuestión formal ha sido tratada con una decisión de fondo. Veremos si mantienen este riguroso criterio. El daño que Lopetegui le pudiera haber hecho a la Selección, Rubiales lo ha multiplicado.
España retrocede con esto a los tiempos de La Martona. A los rumores de motín, al desorden. Y la conclusión de que el Madrid ha roto el Mundial de España es tentadora para un sector de la prensa ideológica y comercialmente antimadridista. A todos de repente les duele España en lo más hondo.
Al fuego temperamental de Rubiales, que no da el tipo de máximo dirigente, se le ha añadido el combustible de un sector de la prensa que no criticó nada de lo que paso alrededor de la selección todos estos años. Ni cuando Piqué, con algunas declaraciones graves a raíz del 1-O, dividió por completo a la afición. El silencio se justificaba entonces diciendo que había que templar los ánimos y no desviarse de los importante. Exactamente lo que correspondía ahora.
