España se siente sola

La selección española se siente sola en Rusia. La escasa presencia de aficionados españoles en los estadios durante la primera fase no ha pasado desapercibida para los internacionales, que se están acostumbrando a jugar con menos apoyo en la grada que cualquiera de sus rivales. En el debut ante Portugal apenas fueron 2.000 los hinchas que se desplazaron a Sochi, aunque en este caso la diferencia respecto a los hinchas lusos no fue demasiado grande. Peor fue en Kazán, donde cerca de un millar de camisetas rojas pasaron completamente desapercibidas ante la tremenda y ruidosa invasión iraní. Más de 15.000 acudieron al campo cargados de bocinas y pelucas. Y tampoco fueron mejor las cosas en Kaliningrado. Allí fueron unos 1.500 los españoles presentes en la grada. Nada que hacer ante 10.000 marroquíes enloquecidos por el empate de su selección.

Todos esos números se quedarán pequeños ante lo que espera en el estadio Luzhniki, donde la anfitriona del Mundial estará arropada por cerca de 75.000 gargantas . Habrá más presencia española en número, unos 3.000 se esperan en Moscú, pero la sensación volverá a ser la misma, o incluso peor. España juega fuera de casa.

«Nos enfrentamos a un equipo anfitrión que tendrá mucha más gente en el estadio. Ya nos ocurrió ante Marruecos o ante Irán, pero nosotros tenemos a once millones y medio de españoles empujando y viéndonos en la televisión», intentaba consolarse ayer Fernando Hierro, quien confía en que el atronador ambiente que se espera hoy no afecte a sus jugadores: «Sabemos que tienen mucha gente a su favor, pero en el fútbol las cosas se ganan dentro del campo. Mis jugadores están acostumbrados a esos ambientes».

Según datos de la FIFA, solo 3.600 españoles habían solicitado a mediados de mayo el Fan ID, requisito imprescindible para entrar en Rusia y acceder a los estadios. En comparación, los mexicanos habían recibido en esas mismas fechas 26.000, por 20.000 los argentinos. Alemania (16.000), Brasil (15.000) o Francia (9.000), son otros países que han triplicado las peticiones de los aficionados españoles. El dato más curioso lo proporciona China, cuyos aficionados, pese a no tener a su selección en la fase final, han solicitado 23.000 pases.

La dificultad de los viajes a Rusia, sumada a los altos precios de los billetes y los hoteles, ha frenado a muchos aficionados españoles . Muchos de los que sí han ido han tenido que buscar alojamiento en otras ciudades para abaratar los costes, teniéndose que desplazar en tren o en coche el mismo día del partido hasta la ciudad que acoge los partidos. En cualquier caso, desde la Federación se confía en que el volumen de peticiones aumente si la selección va superando rondas, toda vez que la venta de entradas continuará hasta el mismo día de la final.