Mundial Rusia 2018

Los últimos días de una pareja eterna

El adiós a la selección de Piqué, que ante Irán sumará su partido 100 con España, pondrá fin a seis años de tándem junto a Ramos

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Javier Asprón

Si no cambia de parecer, y de momento su decisión es firme, Gerard Piqué afronta en Rusia sus últimos partidos con la selección española. Hace ya 20 meses que anunció su despedida en diferido durante una lluviosa noche en la ciudad albanesa de Shkodër. Ese día le acusaron, sin fundamento, de haber cortado las mangas de su camiseta para que no se vieran el rojo y el amarillo de España. El central del Barça llevaba un año siendo pitado en cada entrenamiento y en cada partido que la selección disputaba en casa. León, Oviedo, Logroño, Alicante... La desconexión entre él y la grada era total, y verse envuelto en una polémica como aquella le hizo decir basta. Ese día explicó también sus últimos objetivos con la camiseta de España: «Llegar a 100 partidos y ganar el segundo Mundial». El primero de ellos lo cumplirá mañana ante Irán en el Kazán Arena. Será el decimotercer internacional español en alcanzar esa cifra, el undécimo de entre los que fueron campeones del mundo en 2010.

Media vida en la selección

A Piqué se le ve distinto en Krasnodar . Más serio en los entrenamientos. Quizá nostálgico al ver que se cierra una etapa a la que ha dedicado media vida. El central azulgrana llegó a las categorías inferiores de la selección con 16 años y a la absoluta con 22 recién cumplidos y sin perderse ni una de las etapas formativas previas. Del Bosque le hizo debutar en febrero de 2009, como titular, en un amistoso ante Inglaterra en el Sánchez Pizjuán. Se empezaba a dar forma a una nueva selección tras el título en la Euro 2008 y Piqué ya no se apeó del carro. Ese mismo verano acudió a su primer gran compromiso, la Copa Confederaciones. Piqué fue titular en todos los partidos salvo en el primero, y a partir de ahí se convirtió en indiscutible junto a Puyol.

Esos primeros años de Piqué en la selección fueron los más felices. Al año siguiente fue parte fundamental del título mundial, donde lo jugó todo. Pese a su juventud empezó a ser visto como uno de los internacionales con mayor peso específico dentro del vestuario. Bromista y abierto, pero también con un discurso muy directo que calaba entre sus compañeros.

Poco antes de la Euro 2012, Puyol cayó lesionado y dejó un agujero en la defensa, lo que provocó que Del Bosque abriera la puerta a la pareja de centrales con mayor recorrido e la historia de la selección española. Ramos abandonó para siempre el lateral derecho y acompañó a Piqué por primera vez en la cita de Polonia y Ucrania, donde la selección conquistó la segunda corona continental consecutiva. Desde entonces, y ya va para seis años, han sido prácticamente insustituibles. «Es un alivio saber que los tienes ahí», resumía ayer Isco. «Nos ayudan mucho y hacen que para nosotros sea más fácil crear juego y ocasiones».

Pesos pesados en los vestuarios del Madrid y del Barça, en más de una ocasión han saltado chispas entre ellos. No han dudado en lanzarse pullas de forma pública con discursos antagónicos. Pese a todo, presumen de ser amigos y de formar un buen equipo en el área. «Él me hace mejor y yo le hago mejor a él», sostiene Piqué.

Experiencia

Compartiendo el centro de la zaga han disputado juntos 76 partidos, con un porcentaje de victorias superior al 75%. Los 153 partidos internacionales que ya lleva Ramos , más los 100 que sumará Piqué ante Irán, les convierte en la pareja más experimentada de este Mundial. Del Bosque les dio el mando defensivo y Lopetegui renovó la confianza en ambos. Hierro ni se plantea un Mundial sin alguno de ellos. El malagueño, que como jugador compartió la misma posición en el terreno de juego, ha sido siempre un firme defensor del tándem. Para el nuevo inquilino del banquillo de la selección la palabra que los define es «solvencia». Los considera dos defensores modernos, fundamentales por ser los primeros en dar forma al estilo de España. De Ramos destaca su personalidad y su carácter: «A Sergio se le ve venir. Es un tío con muchos valores, muy íntegro, un tío sin dobleces». De Piqué valora su coordinación y su capacidad de dar salida a la pelota: «Es capaz de superar varias líneas de presión y dar ventaja a los de arriba».

A Piqué el miércoles le lloverán abrazos y felicitaciones por esos 100 partidos. La primera parte de su objetivo estará cumplida. Si Rusia otorga la segunda estrella, tal vez el central recapacite y se conceda una nueva oportunidad con la selección. Ayer, Hierro daba margen a la esperanza: «Ya tenemos casos de otros compañeros que toman una decisión y luego al final dicen que no...».

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