Diego Costa

Pasar media temporada parado para cumplir su sueño de regresar al Atlético no ha restado un ápice de peligro a uno de los tres delanteros sobre los que recaerá en Rusia la responsabilidad goleadora del equipo. Consciente de la posibilidad real de quedarse sin Mundial, Diego Costa supo subirse al carro en el último momento y ganarse la confianza de un Lopetegui que, al margen de sus virtudes ante la portería contraria, siempre ha admirado la capacidad de sacrificio y agresividad del hispano-brasileño.

Será el segundo Mundial para Costa, que quiere, más que nadie, quitarse la espina de la frustrante actuación de España en Brasil. Si con Del Bosque se cuestionó que fuera el delantero idóneo para la selección (1 gol en 10 partidos), con Lopetegui las tornas han cambiado para Costa. Suma 6 goles en ocho partidos desde la llegada del técnico vasco.

Costa, un trotamundos del fútbol, tardó algunos años y unas cuantas cesiones en alcanzar la cima. Lo logró de la mano de Simeone, quien le repescó del Rayo y comenzó a darle galones poco a poco hasta convertirle en una de las estrellas del equipo que conquistó la Copa ante el Real Madrid en 2013 y la Liga de 2014. El brasileño firmó ese año una campaña espectacular, con 35 goles en 52 partidos.

Su trayectoria en el Chelsea, tres años en total, fueron notables, solo manchados por las lesiones. Pero la felicidad del jugador se quedó en Madrid, y no paró hasta conseguir su regreso.