Selección española

España, entre el caos defensivo y el cambio obligado

La selección se exige mejorar atrás si quiere aspirar a algo y Hierro contempla alternativas para modificar el rumbo

Vídeo: La «dolorosa» recuperación de Dani Carvajal tras los partidos

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La mejor noticia de la clasificación de España , más allá de hacerlo como primera y viajar supuestamente por la parte amable del cuadro, es que los jugadores son los primeros en reconocer que la cosa no va, difícil pensar en algo más allá de partido ante Rusia del próximo domingo. La selección está en octavos, pero se ha completado una fase de grupos nefasta, una victoria y dos empates sin que haya nada bueno que rescatar. Si acaso, unos minutitos contra Portugal, los destellos de Isco, el orgullo de Diego Costa y el taconazo de Iago Aspas ante Marruecos, olvidado por las crónicas porque el VAR , decisivo y un alivio para este equipo, cobró el protagonismo que merecía. Todo lo demás es un suspenso sin excusas, empezando por la portería y terminando por la poca trascendencia de figuras como David Silva . Espera el anfitrión, y ahí ya no hay colchón.

El grupo, sin embargo, reivindica su papel cometiendo el error de compararse con las otras potencias, pues muchas de ellas están ante el abismo y sudando sangre para sobrevivir. España tiene que mirarse en el espejo y preocuparse de lo que tiene en casa, que no es poco. Ayer, ya en el calor de Krasnodar, Marco Asensio alzó la voz y trató, sin demasiado éxito, de reconfortar al personal . «Hemos quedado primeros y parece que hemos quedado segundos o hemos sido eliminados. Este equipo tiene mucho compromiso, hemos pasado por momentos complicados y estamos todos unidos, vamos todos a una, y en cuanto corrijamos esas pequeñas cosas podemos hacer un gran Mundial». Para eso, urge corregir una serie de cosas.

De Gea, una inseguridad tan llamativa como preocupante

España, de repente, tiene un problema gigantesco en la portería, pues David de Gea es ahora mismo un jugador sin confianza , nervioso, tanto que contagia a cualquiera. Le han disparado seis veces y cinco han sido gol, cómplice en el triplete de Cristiano Ronaldo del debut con una pifia antológica. Dio la cara, le restó importancia y se emplazó a trabajar, pero ni ante Irán ni ante Marruecos cambió de rostro. Cada balón aéreo es una pesadilla y el guardameta del Manchester United vive debajo del larguero, con miedo a salir e imponer sus 192 centímetros de altura. Hierro tiene ahí un lío gordo, pero parece poco probable que vaya a dar entrada a Kepa (sin apenas experiencia en citas internacionales) o a Reina (molestias en las cervicales).

Fragilidad defensiva impropia y muy peligrosa

España, en los tiempos de bonanza, se abrazó al 1-0 para acabar levantando tres títulos, pero ya no queda ni rastro de ese equipo serio y aseado atrás. La defensa, simple y llanamente, es una calamidad, tanto a nivel colectivo como en general. Carvajal no está bien y habrá que estar atentos a la posible entrada de Nacho , que no lo hizo nada mal ante Portugal. Más difícil es pensar en que se cambie a Ramos o a Piqué, pero tampoco andan muy finos. «Sí que es verdad que en defensa hay que hacer un punto de inflexión porque cuando tienes un equipo con una defensa sólida, que transmite seguridad y contundencia es mucho más complicado para el rival. Y tenemos que volver a esa dinámica de recibir poco para que los de arriba no estén tan preocupados de defender», sostiene Ramos. «En los momentos más delicados, se ha visto que el equipo es fuerte. Es una cuestión de mejorar en defensa», aporta Thiago .

La irrelevancia de Silva y la soledad de Busquets

Junto a De Gea, David Silva es el jugador que más ha llamado la atención en esta fase de grupos, y no precisamente para bien . No aporta nada, no hay regates ni destellos, y se le ve por el campo sin alegría, andando, pensando que basta con el talento. La banda derecha de España cojea y el canario confirma que el Mundial, después de Sudáfrica y Brasil, no se le da especialmente bien. Otra patata caliente para Hierro, que tiene la oportunidad de demostrar que está por encima de cualquier nombre y dar un golpe sobre la mesa por mucho que derive en una mala cara.

Otro nombre propio es el de Sergio Busquets , veterano ya en este equipo y al que se le ve sufrir en cada transición. Se siente solo, desubicado, corriendo hacia su propia portería porque cada pérdida de balón de España es una contra del rival. Sus interiores no le ayudan demasiado y solo con Koke , el rato que ha estado el rojiblanco en el equipo, se ha sentido seguro. La medular de la selección también se ha caracterizado siempre por el equilibrio y el toque, y no hay nada de eso. Hasta Iniesta ha perdido la lucidez y comete errores incomprensibles, aunque siempre es capaz de corregirse porque con un poco de su genio basta.

Hierro tarda en cambiar, los jóvenes piden turno

Hasta el minuto 74 no hubo cambios en España ante Marruecos, y no es que la situación fuera idílica. Hierro no lo ve claro y se entrega a sus ideas, pero está a tiempo de agitar a este equipo antes de que caiga con todo. Llama mucho la atención que alguien como Saúl Ñíguez , tan diferente a todo, con el nervio necesario y la llegada desde atrás de la que carece este conjunto, aún no haya disputado ni un solo minuto. También está Marco Asensio en la recámara, con apenas dos ratitos en los que ha podido demostrar más bien poco. Y, en adelante, se contempla seriamente la opción de Iago Aspas como segunda punta junto a Diego Costa. Sea como fuere, España debe cambiar. Es obligatorio.

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