Mundial Rusia 2018

La amenaza de una dinastía francesa

La campeona, la segunda selección más joven en Rusia, aún confía en alcanzar su plenitud en la Eurocopa de 2020 y el Mundial de 2022

Javier Asprón

Lemar paseando con un sombrero mexicano por la zona mixta. Pogba retransmitiendo a través de las redes sociales cuanto sucedía en el vestuario. O Mendy marcándose un «dab», el baile de moda, junto a Macron. Detalles de la animada celebración francesa que sirven también para remarcar el risueño espíritu de este equipo. La juventud de su selección ilusiona a Francia casi tanto como el Mundial recién conquistado y les sirve de aliciente para superar sus límites. Hace 20 años, los galos rompieron moldes al encadenar un Mundial y una Eurocopa, una gesta nunca vista hasta entonces y que luego España se encargó de superar sumando a la ecuación un segundo torneo continental. El reto de Deschamps y los suyos es mejorar esos registros. La edad juega a su favor.

Francia llegó al Mundial de Rusia como la segunda selección más joven de las 32 participantes, con una media de edad de 26 años. Solo Nigeria (25,9) presentaba un equipo más imberbe. La columna vertebral del equipo ha sido la misma que les permitió alcanzar hace dos años la final de la Euro 2016, y en el camino han ido incorporado varios jugadores que ya se proclamaron campeones del mundo sub 20 en 2013 y de Europa sub 19 en 2016. Solo cuatro de los 23 internacionales franceses superan la treintena, mientras que ocho de ellos aún están en edad sub 23.

Mucho recorrido

Salvo en la portería, donde los veteranos Lloris (31 años) y Mandanda (33) cierran el paso a Areola (26), el resto de demarcaciones del equipo destacan por su extraordinaria juventud. El caso más sorprendente es el de la defensa, donde el más veterano de los titulares es Varane , que acaba de cumplir los 25 años. Con Umtiti (24) y los laterales Pavard (21) y Lucas Hernández (22), Francia tiene asegurada una zaga de largo recorrido.

También el centro del campo tiene mucho fútbol que dar aún. Pogba (25) y Kanté (27) aún están por alcanzar su plenitud. Solo Matuidi (31) tendría problemas para llegar a la próxima cita mundialista, aunque Deschamps ya tiene en Tolisso (23 años) a un recambio de garantías que ha comenzado a explotar en Rusia. Y qué decir de la delantera. Al mejor Griezmann de siempre (27) le acompañará durante muchos años la insultante juventud de Mbappé (19), el segundo jugador de menor edad entre los 736 que han acudido al Mundial, y aun así uno de los más destacados del torneo, el único de la historia junto a Pelé en marcar en una final antes de los veinte años. Deschamps solo deberá preocuparse de buscar un recambio para Giroud (30), quien pese al título y la confianza de su entrenador se marcha con el lastre de no haber realizado ni un solo disparo a puerta.

Francia, además, puede presumir de contar con un extenso banquillo también plagado de jóvenes realidades. Kimpembe (23), Sidibé (25), Mendy (23), Fekir (23), Lemar (22), Dembele (21)... Todos ellos son ya campeones del mundo pese a que apenas han tenido oportunidades en Rusia por el buen desempeño de los once titulares, pero serán determinantes en un futuro cercano. Y eso sin contar a los que ni siquiera han sido convocados: Rabiot (23), Coman (22), Martial (22)... El futuro de Francia se presenta descarado y brillante, con una mezcla de talento y potencia física que pretende convertirse en dinastía en los próximos años. El primer paso ya está dado.

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