Como ya hizo con la Juventus, Antonio Conte (Lecce, 46 años) ha devuelto la confianza a la desanimada Italia. El técnico, revelado como el mejor talento de los últimos años en los banquillos del «Bel Paese», ha sido el psicólogo que necesitaba una selección traumatizada desde el Mundial de Brasil. Su carácter temperamental y entusiasta han sido decisivos para la rápida recuperación de un equipo que tocó fondo al perder con Costa Rica y caer en la fase de grupos del campeonato sudamericano.

Conte asumió el cargo justo después y comenzó la reconstrucción a partir de su éxito en la Juve (tres Scudettos consecutivos). En su cabeza, una única idea: «Il gruppo è tutto». El grupo lo es todo. Renunció poco a poco a las viejas estrellas (Cassano, Pirlo, Montolivo), puso fin a la broma de Balotelli como «9» de Italia y ha ido conformando un bloque a su gusto, con jugadores comprometidos, entregados por completo a su filosofía. Es un motivador excepcional, un poco el Simeone italiano. Dicen que no se conforma con menos del 150 por cien de sus jugadores, y que de ahí no baja.

Así, la mayor fortaleza de la Italia de Conte es que juega como un club. Pocas selecciones pueden decir eso. El técnico inició su etapa como seleccionador con una cómoda clasificación para la Eurocopa, invicto después de diez partidos y dejando como segunda de grupo a Croacia. Ahí Conte comenzó a perfilar el equipo con el que ha acudido a Francia. Su nueva Italia, sin embargo, generó dudas en los amistosos, con derrotas ante Bélgica y Portugal y una contundente goleada con la que le obsequió Alemania (4-1) el pasado mes de marzo.

En todo este trayecto ha ido perfilando el bloque defensivo con el que ha asombrado en la fase de grupos de la Eurocopa. Conte se ha sabido adaptar. Del 4-2-4 con el que triunfó en el Bari, equipo al que ascendió a la Serie A a falta de cuatro jornadas para el final, ha ido reciclando su sistema al tipo de jugadores que ha tenido hasta llegar al 5-3-2 con el que sostiene a Italia. También jugó con ese dibujo en la Juventus, y si lo hace así es por la confianza ciega que deposita tanto en su guardameta Buffon como en su particular «BBC»: Bonucci, Barzagli y Chiellini, los tres centrales que conforman el muro italiano en la Eurocopa

Futuro en el Chelsea

Caiga eliminada ante España o se lleve el título el 10 de julio, Conte no continuará como seleccionador. Su futuro está ligado al Chelsea, equipo con el que se comprometió el pasado mes de abril. Sus malas relaciones con la Federación y la necesidad de vivir el día a día de un club fueron los motivos de su renuncia. Cumplirá un ciclo de solo dos años. Que sea recordado o no pasa, entre otras cosas, por lo que ocurra el lunes: «Jugar contra España es una motivación suplementaria. Si nos tuviésemos que jugar el partido en un papel no tendría respuesta, pero afortunadamente lo haremos sobre un terreno de juego. Será la verdad del campo la que diga quién es el ganador», indicaba tras conocer su suerte en los octavos de final de la Eurocopa. Ve a su equipo con fuerzas, aunque él también prefería a Croacia.