Apenas habían transcurrido unos minutos de partido cuando Álvaro Morata , que perseguía un balón en banda derecha, resbaló y se llevó por delante al linier. Una «entrada» en toda regla que acabó con ambos protagonistas por los suelos, pero que, por fortuna, no provocó males mayores. El asistente se lo tomó con sentido del humor.
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